domingo, 28 de septiembre de 2008

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 17

CAPÍTULO 17. DETENIDOS.

Se había pasado, se decía a sí mismo, pero ella se lo buscó. No quiso indicarle dónde podía encontrar a los demás. De hecho se empeñaba en decir que no sabía donde estaban, que se habían separado desde el accidente. Entonces su rostro cambió. Fue una mezcla de sorpresa e incredulidad. La muy tonta se había dejado una dirección en aquel primitivo portátil que llevaba. Entonces la mató. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera para culminar aquella misión con éxito. Su futuro dependía de ello. Pero lo curioso es que había disfrutado haciéndolo.

A su alrededor, las motos de sus hombres rugían en las cada vez más transitadas calles de la mañana. Se dirigían hacia la única pista que tenían, la dirección que encontaron. Según habían averiguado estaba en una zona industrial donde sólo había fábricas y almacenes. Sentía que estaba cerca de culminar el trabajo, la suerte le había acompañado desde que llegaron a la ciudad. No tardaron mucho en encontrar a una dependienta de supermercado que reconoció a Aurora por las fotos que le había mostrado. ¿Qué posibilidades tenían de acertar uno de los barrios en los que viviera alguno de ellos? Realmente esperaba que estuvieran todos juntos pero obviamente no resultaban ser tan estúpidos.

Ya comenzaban a desaparecer los edificios comunes, se estaban internando en la zona industrial. Pronto acabaría con ellos. Él mismo mataría a Max, ese pedante hijo de puta no lo había respetado nunca y a él eso le reventaba. Se daría el placer de verle suplicar que no le pegase un tiro y sonreiría cuando apretase el gatillo.

Mientras avanzaban por aquel enorme lugar, giraban de vez en cuando hacia alguna calle, según les indicara el GPS que llevaban instalado en las motos. De pronto, tras torcer hacia la izquierda y según el aparato que los guiaba supo que ya estaban cerca. Al final de la calle se distinguía una nave de tamaño medio. Cuando restaban dos manzanas para alcanzarla y sin previo aviso varios vehículos aparecieron cortándoles el paso. Llevaban las luces de emergencia encendidas y sonaron sirenas en periodos muy cortos, como de aviso. Los policías bajaron de los vehículos y se apostaron tras ellos con las armas apuntándolos. López y los demás viraron las motos sin pensarlo para dar la vuelta sobre sus pasos pero nuevos vehículos aparecieron para cortarles el paso. Estaban atrapados. No entendían que había pasado. Se bajaron de los vehículos y desde una de las barricadas de los coches de policía se oyó una voz amplificada:

- ¡¡¡ Quédense donde están. Suelten las armas despacio y arrójenlas lejos. Tírense al suelo con las manos en la nuca y no se muevan !!! ¡¡¡ Repito: suelten las armas, arrójenlas lejos y tírense al suelo con las manos en la nuca !!! ¡¡¡ Si no obedecen abriremos fuego !!!

Sin pensarlo, los hombres de López empuñaron las armas y empezaron a abrir fuego hacia ambas barricadas. Los policías hicieron lo propio. Las balas silbaban por todas partes y en su huída hacia el edificio más cercano, López vio caer a una de sus chicas y dos de sus hombres. Una vez dentro comenzó a recorrer los pasillos deteriorados de aquel lugar. Estaba abandonado. Bajó unas escaleras metálicas que daban a un gran espacio lleno de maquinaria oxidada, pasó entre ellas como una exhalación y se acercó a una puerta sobre la que rezaba la palabra EXIT. La abrió despacio, atento a cualquier ruido que pudiera llegarle del exterior. Al no oír nada excepto los lejanos gritos se envalentonó. Guiándose por las voces corrió con sigilo pegado a la fachada del edificio y al llegar a la esquina, asomó la cabeza y miró. Se encontraba a unos 200 metros de los policías que les habían cerrado el paso por delante. No distinguió a sus compañeros, posiblemente que ya estuvieran muertos. Sólo quedaba él. Volvió sobre sus pasos y corrió hacia el extremo opuesto. Cuando llegó a la esquina miró hacia un lado y hacia el otro. Ni un alma. Sin pensárselo dos veces reanudó la carrera hacia donde estaba su destino inicial, la nave que indicaba el GPS, la dirección que habían encontrado. Tenían que estar allí y si habían oído los disparos, posiblemente saldrían corriendo. Aceleró el paso.

Sudando y sin aliento llegó hasta una puerta. La encontró cerrada. Intentó asomarse por la vidriera del edificio subiéndose a unos palets amontonados que había en el suelo, pero los cristales estaban sucios y no consiguió distinguir nada. Continuó corriendo siguiendo la fachada y divisó otra puerta. Para acceder a ella tuvo que ascender un tramo de escaleras. Giró el pomo, pero no se abrió. Empezaba a perder la paciencia. Se quedo quieto un rato para recuperar el aliento y pensar. No podía ir de puerta en puerta a ver si hallaba alguna abierta y además comenzaba a sospechar que ninguna lo estaría. Si estaban allí sería lo lógico. Sumido en sus pensamientos López comenzó a mirar a su alrededor, intentando buscar un medio de entrar cuando se oyó el ruido de una llave al entrar en la cerradura. Sobresaltado y con el corazón a punto de salírsele por la boca, sacó el arma que llevaba bajo la chaqueta. Se separó de la puerta hasta donde pudo. El pomo giró y levantó el arma. La puerta se abrió y una sonrisa de dibujó en su cara. Ante sí tenía a Aarón con marcado rictus de sorpresa y detrás de el distinguió a Violeta. A primera vista no vio a nadie más, así que de sus labios solo pudo salir una pregunta:

- ¿Dónde están los demás?

- No están aquí, se han ido – contestó Aarón-

- ¿Así que se han ido eh? ¿A dónde?

- No pienso decírtelo cerdo.

López apoyó el arma sobre la frente de Aarón.

- Yo creo que sí vas a decírmelo, o tus sesos adornaran la cara de Violeta.

- Han ido a buscarte. Vimos tu retrato robot por la televisión, alguien te vio saliendo de casa de Aurora – se atrevió a decir Violeta temblorosa-

Ahora lo entendía todo. Los habían visto salir del edificio de aquella estúpida mujer y habían dado su descripción. Seguramente también les pillaron las matrículas y por eso había aparecido la poli. Su suerte había cambiado, pero haría que mejorara.

- ¿Vas a matarnos ya o no tienes huevos para hacerlo chupatintas?

López salió de sus pensamientos sorprendido y miró a Aarón.

- No, no voy a mataros aún. Me llevaréis a donde estén los demás.

- ¿Para que puedas matarlos? Ni hablar. Tendrás que pasar por encima de mi cadáver.

- Bueno, no te quepa duda que lo haría, pero creo que no será necesario. Aquí la chica acojonada parece más dispuesta a cooperar. Tiene miedo y me dirá lo que quiero saber o te mataré delante de ella y luego dispararé en zonas no vitales hasta que hable. Se iría desangrando pero no moriría antes de decirme a dónde han ido. Vosotros elegís.

Aaron apretaba los dientes de pura rabia mientras que a Violeta comenzaban a resbalarle las lágrimas por las mejillas. En ese momento abrió la boca para hablar pero fue otra voz la que se oyó al pie de las escaleras.

- ¡Tire el arma!

Ante la sorpresa de los tres, un policía encañonaba a López con su arma.

- ¡Deje el arma en el suelo despacio y levante las manos, no se lo repetiré otra vez!

A López le resbalaba el sudor por la cara. No acababa de asimilar lo que había pasado. Le costó reaccionar. Ante la idea de la muerte no dudó más y lentamente se agachó para dejar el arma en el piso. Acto seguido fue levantándose con las manos en alto. Mientras el poli fue subiendo los escalones sin dejar de apuntarle. Apartó el arma del suelo con el pie y sacó las esposas, ordenándole que bajara las manos y las pusiera a la espalda.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

5 comentarios:

Anwar dijo...

Que bien!!!! triple ración de capitulos para hoy XD

Saludos

Maria Muffin dijo...

De momento va estupenda la historia. espero que siga así hasta el final.

Y, verás, en relación a tu punto número 4, no intento justificarme, ni tampoco convencerte de nada, sólo me gustaría explicarte que yo tampoco soy muy católica que digamos, si voy a esa fiesta de la que hablo en mi blog, es porque al final, lo que haces alli es compartir dos días, cantando, bebiendo y comiendo con los amigos, y seas quién seas o vayas donde vayas no te va a faltar nada, porque la gente es muy hospitalaria.
Si lo he explicado de forma más seria es porque, sí, es una fiesta religiosa, y hay actos como los que has podido leer, pero no todos van a esos actos, y por ello no se es ni peor ni mejor, cada persona puede vivirla a su forma, todo el mundo tiene su espacio, no se si me explico bien, estoy un poco cansada.

Por lo de mi memoría, tengo que darte la razón, está más mal que bien.

un besito

Dan Defensor dijo...

Airam, con tu permiso, me estoy copiando los capitulos a un archivo word para leerlos después del estreno porque se me acumula el "curro" contigo, jeje!

Tío, se que es super dificil que te publiquen algo pero, de lo que llevo leido y las reacciones de los demás lectores, te digo que el libro está muy bien. Líate la manta a la cabeza, termínalo, púlelo, déjalo reposar un par de meses sin pensar en él, vuélvelo a leer para pulir los mínimos detalles y envíalo a todas las editoriales del país. O a productoras de cine por si les interesa adaptarlo. Pero muévelo ya!!!

(Consejito de amigo, eh?)

Otra cosa es que te esperes a que yo me haga famoso y te compre los derechos para hacer una peli, pero te aseguro que iba a ser un proceso mucho más lento, jajajaja!

Un saludo!

Thiago dijo...

Bueno, no debería leer este post, pq ahora tengo que leerme los 16 capítulos anteriores de lo que me ha interesado, jajaja y por otro lado ya no se si seguiré con mi estupida novela que había empezado o seguir leyendo la tuya, jaaaj

Bezos.

P.S. Además de apellidarte NODA, te llamas Airam? que cosas!!

Jackal dijo...

Este señor López muy listo no es, ¿verdad? jajajajaja