Pues sí, he probado una de mis perdiciones en estado puro: el chocolate. Pero no uno cualquiera. Hablo de bombones franceses que el tío de Chiky ha traído desde allá estas Navidades. Como dicen ellos: Mom Dieu!. Pero qué buenos que están. De milagro aún quedan en la caja, porque me los comería de una sola vez. Por lo visto el Estado francés regala todos los años por estas fechas una caja a todos los ciudadanos de distintos distritos. Aquí, ni en los mejores tiempos del país, han tenido una iniciativa así. España is different, pero no siempre para bien.
1 comentario:
Doy fe de que están deliciosos xD
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