CAPÍTULO 31. PROYECTO A.E.
Max había permanecido oculto mientras las alarmas sonaban. Ahora todo era silencio. Parecía que habían descubierto su huída y todos estaban buscándolo. No lo dudó más y corrió hacia el enorme aparato que se sostenía en el aire. Una vez allí intentó calcular el punto por donde había aparecido Fleitas en aquel extraño ascensor. Miró el fuselaje que se extendía sobre él buscando en vano algún signo de entrada o salida. Dio varias vueltas sin rumbo fijo. De pronto, como si fuera metal líquido el fuselaje se abrió sobre su cabeza y una plataforma de metal bajó hacia él. Se apartó de su trayectoria mientras lo observaba. La plataforma se detuvo justo antes de tocar el suelo. Confuso, pudo comprobar que era diferente al que había utilizado su jefe. Mientras que el suyo era un simple círculo plano sin ningún otro detalle aparente, Fleitas había descendido en una cabina con un orificio justo para que cupiese una persona. A pesar de las dudas iniciales, se atrevió a poner un pie en la superficie de metal. Luego subió del todo y sin más comenzó a remontar hacia el artefacto. El metal de arriba se iba acercando lenta pero inexorablemente y en un acto reflejo, Max se cubrió la cabeza para evitar el choque que nunca llegó. Con asombro comprobó que atravesaba el metal como si fuera agua. Suave y sin ruido, tan sólo sintió una sensación de frío momentáneo en su cuerpo. Cuando quiso darse cuenta, se encontraba dentro de una cabina de ascensor o al menos, algo parecido. En sus paredes, una especie de espejo le mostraba su estado de salud al completo. No había puerta y podía ver el exterior, totalmente hecho de aquel metal inexplorado. Se aventuró hacia lo desconocido.
Cuando llevaba varios pasillos recorridos, oyó voces. Sin pensarlo, volvió sobre sus pasos en busca de un lugar donde esconderse. Tropezó con una fría pared metálica. No supo qué hacer. No conseguía ver ninguna puerta o cavidad en ningún sitio y las voces pronto se convertirían en personas. Miró a su derecha. Al final del pasillo aparecieron dos hombres con batas blancas que charlaban animadamente. Pasaron junto a él sin verlo y Max se quedó sorprendido. Miró nuevamente a derecha y luego a izquierda. Las voces se alejaban mientras desaparecían por la esquina. No lo entendía. Con desconcierto, tardó en descubrir la causa. Aparentemente había atravesado la pared de su espalda y se encontraba dentro de ésta o al menos en parte. Una habitación de cierto tamaño se abría a su espalda. Terminó de entrar en ella y, maravillado, se dio cuenta que podía ver el pasillo del exterior a través de la pared, como si esta fuera transparente. Se repuso y giró sobre sus talones. Ante sí un gran aparato se alzaba a escasos metros. Intrigado se fue acercando a él. Cuando estuvo a poca distancia se encendieron luces en aquellos paneles de metal traslúcido. Parecía material etéreo y sin embargo al extender la mano palpó aquel sólido material. Sintió un cosquilleo en la cabeza, una impresión parecida a la que se experimenta cuando por fin consigues dar con la respuesta de algo que llevas mucho tiempo intentando entender. Una sensación de irrealidad lo envolvió. En su ensoñación se preguntó qué sería aquello e inmediatamente ante sí en la pared aparecieron luminosas letras que componían una respuesta:
- SOY SAIVE
- ¿Qué? – preguntó Max desconcertado-
- SAIVE : SISTEMA ARTIFICIAL DE INFORMACIÓN VÍA ENCEFÁLICA. ¿QUÉ DESEA SABER?
- ¿Vía encefálica? – acertó a decir-
- A TRAVÉS DEL CEREBRO, LA INFORMACIÓN ES ENVIADA DESDE ESTA UNIDAD SAIVE AL USUARIO POR MEDIO DE ONDAS MUY PARECIDAS A LAS CEREBRALES.
Max quedó perplejo 5 largos minutos mientras aquellas luminosas palabras brillaban ante sí. Una vez medio recuperado de aquel trance y consciente de lo que tenía delante, pensó una pregunta más concisa:
- ¿Qué es el A.E.?
- A.E., MÁS CONOCIDO COMO PROYECTO A.E. ESTRECHAMENTE LIGADO A LOS VIAJES EN EL TIEMPO Y SUS IMNUMERABLES PARADOJAS. DURANTE AÑOS EL CONOCIMIENTO DEL SER HUMANO SOBRE SU PASADO LO HA LLEVADO A INVESTIGAR NUMEROSOS PUNTOS DE LA HISTORIA. UNO DE LOS MÁS INTERESANTES Y BUSCADOS, EL ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA. UN SALTO EN EL TIEMPO LLEVADO A CABO AL PUNTO EXACTO EN QUE SE EXTINGUIERON LOS DINOSAURIOS CULMINÓ CON EL DESCUBRIMIENTO DE UNO DE LOS SECRETOS MÁS INCREÍBLES …
Max sintió que lo sacaban de un trance, tirando de él. Se sintió mareado unos segundos y cuando quiso darse cuenta yacía en el suelo y Fleitas lo apuntaba con un arma.
- La primera vez siempre marea, pero es un viaje que engancha.
- ¿Cómo has sabido encontrarme?
- No lo he sabido Max. Ha sido una feliz casualidad que viniese a consultar este maravilloso ordenador del futuro y encontrarte en él. Parece que finalmente podré matarte. Apuntó con el arma dispuesto a disparar.
- ¡Espera! –exclamó Max-. Fleitas quedó en suspenso. No puedes matarme, no sabes nada sobre si regresé sólo o con los demás. ¿Quieres vivir con esa duda?
- Ya me preocuparé después de eso, demasiados problemas me has causado ya para dejarte vivir. Lo siento Sr. Gomda, su tiempo ha expirado.
- Está bien cabrón. Si vas a matarme ya nada puedo hacer, pero explícame por qué. ¿Cuál es ese gran secreto por el que vale la pena matar?
Divertido, Fleitas se le quedó mirando mientras pensaba a gran velocidad. Finalmente sus ganas de vanagloriarse ante aquel hombre que tanto odiaba le hicieron optar por hablar.
- Será un placer –dijo-. ¿Por dónde empezar?
- ¿Por el principio, por ejemplo? – contestó Max con sarcasmo-
- Desafiante hasta el final, ¿eh Max? Está bien. En mi juventud descubrí esta tecnología en Marte durante una misión secreta que nunca llegó a salir a la luz. El Saive me dio a conocer el viaje en el tiempo, entre otras cosas. Por eso os contraté, porque uno como éste – y señaló el ordenador- me mostró todo lo que debía saber para alcanzar la creación del viaje en el tiempo, incluido los nombres de los científicos que lo lograrían. Siempre me he preguntado que habría pasado si no hubiera descubierto esto. ¿Existiría el TET y los saltos en el tiempo? En fin. La verdad es que revisé muchos datos sobre el fascinante futuro y sus miles de logros. Pero el proyecto A.E. llamó poderosamente mi atención. No sin una enorme sorpresa e incredulidad descubrí que se realizaron o realizarán, según se mire, cientos de saltos hacia el gran desencadenante de la vida mamífera en La Tierra. La extinción de los dinosaurios. Supuestamente, un enorme meteorito se estrellaría en el planeta provocando un invierno nuclear aniquilador. Hizo una pausa mientras Max continuaba expectante a sus palabras. Reanudó el relato. Bien, pues adivina qué pasó en esos saltos…
- Ni idea –expresó Max con interés-.
- …Absolutamente nada. No cayó ningún meteorito ni asteroide en el planeta. Repitieron el salto con un margen de varios años entre sí y siguió sin ocurrir nada. Los dinosaurios siguieron vivos y evolucionando. De los mamíferos ni rastro. Sin embargo, tras cada salto volvían a su tiempo y todo estaba tal cual lo conocían, algo que los desconcertó.
- No lo entiendo – interrumpió-. ¿Cómo es posible que los dinosaurios siguieran existiendo si los humanos existimos? Tampoco tiene sentido que el hombre siguiera existiendo en el futuro si los dinosaurios no se extinguieron. Es una locura.
- Eso mismo pensaron ellos. Pero cada cosa a su tiempo Max. Alarguemos el relato, y con él, tu penosa vida. Como iba diciendo no sabían qué pensar ni que hacer. Durante años comprobaron que a pesar de todos los indicios del pasado ellos seguían allí. Así que un día alguien tuvo un pensamiento lógico. Si los humanos existían era porque algo debió cambiar en aquel pasado. Tardaron años en dar con la clave, pero sin duda fue algo memorable. ¡Qué equivocados estábamos Max! Hizo una pausa tras la cual y con teatralidad citó: ¡Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza! Pues bien Max, no fue Dios quien lo hizo, sino el mismo hombre.
Max estaba mudo, pero en su interior comenzó a abrirse la comprensión de aquellas palabras, a pesar de que parecía la mayor locura concebida, ya sabía que aquel demente decía la verdad.
- Imagínatelo por un momento. Largos años de investigación, creación y teoría llevados a la práctica. El proyecto A.E. Nunca un nombre había tenido tanto sentido Max. El proyecto Adán & Eva. Sencillo y sin embargo tan significativo. El propósito de dichas investigaciones era algo arduo pero muy concebible. ¿Te acuerdas de aquel rombo en mi despacho? Claro que sí – se contestó solo-. Pues eso amigo mío es A.E. Millones fueron creados. En su interior, la esencia de la vida. El código genético de miles de especies terrestres y entre ellas el humano envasado y listo para su desarrollo en aquella primitiva Tierra. Sólo quedaba un pequeño detalle. Los dinosaurios. Como un designio de ese pasado que todos conocemos, decidieron desviar un asteroide del borde exterior de la vía láctea. Lo hicieron coger rumbo al planeta Tierra con una precisión matemática impecable. Así pues, el código genético enterrado en todos los puntos posibles del globo y un asteroide de camino para destruir una especie dominante.
- Increíble – a Max se le notaba la fascinación por el relato que acababa de escuchar, olvidando incluso su inminente muerte- Pero, ¿cómo funcionan esas unidades de A.E.? ¿Por qué no fueron destruidas con el calor de la explosión tras el impacto?...
- Lo siento – interrumpió Fleitas- eso no puedo decírtelo. No tengo ni idea. Por mucho que lo hemos intentado no hemos conseguido descubrir de qué modo funcionan. No ha habido manera de abrir una sola unidad y si se nos ocurría intentar romper una simplemente no podíamos, lo resisten todo. En el Saive no consta el funcionamiento de ninguno, supongo que será alto secreto. Tan sólo sabemos que funcionan y eso es lo importante.
- Entiendo. Así que robaste esas unidades de A.E. en el Cretácico para cambiar el pasado a tu antojo.
Una risa espontánea surgió de los labios de Fleitas. Max se quedó sorprendido intentando saber qué era lo que le hacía tanta gracia.
- ¿Te diviertes?
- Mucho Max. No has comprendido nada. ¿Crees que cambiaría el pasado de este planeta? Eso no me serviría sino para borrar la existencia de toda la humanidad tal y como la conocemos. Por tanto nunca llegaría a existir ni yo ni esta realidad que tenemos delante. No señor, yo tengo planes más ambiciosos y creativos. Mi intención es ser un Dios. Crearé vida a mi imagen y semejanza…en otro planeta. Uno que reúne unas condiciones óptimas para la vida y donde haré mi voluntad. No tengo más que saltar en el tiempo millones de años y seguir un procedimiento similar en ese planeta que el que se siguió en este. Luego, cuando mi propia humanidad esté desarrollada, descenderé de los cielos como su creador y dominaré su existencia. ¿Hay mayor poder que ser dueño de un mundo?
- Sinceramente Fleitas, sigo creyendo que estás loco.
- Claro que sí Max. A todos los genios de la historia los han declarado locos. Sin embargo mi hazaña será mayor que la de cualquier ser humano conocido. En cambio la tuya – dijo volviendo a apuntarlo con el arma- tan sólo será un recuerdo vago en mi memoria. Un estampido rasgó el aire y el cuerpo cayó en el suelo, inerte.
Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez
1 comentario:
¡Cómo lo flipa el Fleitas! o_O
Publicar un comentario