Inesperadamente, casi como si de un sueño se tratase, anoche sufrí un shock como el que muchos van a vivir hoy si no se enteraron ayer. A través de mi novia, que me llamó al trabajo, conocí la noticia de que Michael Jackson había fallecido. Al momento mi compañero y yo pusimos la televisión en busca de la noticia y efectivamente ahí estaba. Una parada cardíaca se lo había llevado y todavía a esta hora sólo se puede especular sobre si fue una sobredosis de medicamentos o por otra causa. Se podría pensar que quizás estuviese enfermo y lo guardaba en secreto, puesto que iba a comenzar una gira tras muchísimos años fuera del panorama musical que acabó por cancelar.
Michael Jackson era, es y será siempre el denominado Rey del Pop y si su leyenda en vida fue grande, aunque oscurecida por sus últimos años en la sombra, con su muerte va a alcanzar cotas impensables. Yo nunca he entrado ni pretendo entrar en su vida privada, en sus numerosas excentricidades entre las que se encuetran su cambio de piel, de rostro (a algo que no parecía humano), las acusaciones de pederastia (que dejaron para siempre la duda razonable en nuestras cabezas), su fobia a los gérmenes y enfermedades, su actuación con los hijos empezando por su manera de concebirlos, su marcada infancia con los transtornos que conllevaron y un largo etc. Prefiero centrarme en lo que nos dió y nos deja como artista.
Michael Jackson es un personaje que desde que tengo uso de razón estaba ahí. Su música revolucionaba ya desde que era un niño prodigio que cantaba en grupo con sus hermanos, los Jackson Five. Pero la verdadera revolución fue cuando se lanzó en solitario y comenzó a crear escuela. Su capacidad para entender la música cambió el concepto no sólo de la misma, sino también el del espectáculo visual, tanto a nivel de conciertos como de vídeos musicales. Hizo de ambos aspectos un arte que acompañaba con sus pasos únicos y enérgicos. Y es que su forma de bailar también creó escuela y ha sido imitada durante generaciones.
Michael fue un icono de la cultura (y para algunos no dejó de serlo) mellado por los últimos acontecimientos de su vida, pero al menos esperemos que su muerte le coloque en el lugar que le corresponde como artista. Su álbum Thriller hace relativamente poco cumplió su 25 aniversario y sigue siendo el disco más vendido de la historia. Nadie le ha podido hacer sombra y dudo de que se la lleguen a hacer jamás. Su leyenda perdurará siempre, eso seguro. Descansa en paz, Michael.
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5 comentarios:
Es una pena. Yo me enteré esta mañana por el periódico (sí, a veces lo leo)... Según parece llevaba meses enfermo.
hay que dejarlo descansar , saludoss.
Lamentablemente se nos fue un mito de la música pero en nuestra mente perdurará su recuerdo
Descansa en paz Michael
Saludos
AVISO URGENTE!!!! Mi blog ha sido atacado y me han eliminado la mayoría de mis entradas !!!!
Lo mejor es quedarse con el recuerdo de su música, su estilo de baile y sus videoclips.
R.I.P.
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