Tal día como hoy hace ya ocho años, algunos teníamos noticias de que un avión se había estrellado contra una de las Torres Gemelas de Nueva York. Se hablaba de accidente en aquel momento... hasta que todos vimos en directo como otro avión se estrellaba contra el otro edificio y despertamos a la realidad: aquello era premeditado.
Creo que más o menos todos sentimos lo mismo en aquellas horas. Pensábamos angustiados en las miles de personas atrapadas en aquel edificio, vimos caer gente que preferió acabar rápido antes que morir lentamente asfixiado o quemado, sentimos un terrible nudo apretando la garganta por la impotencia. Porque aquel día, para algunos, no se trataba de americanos, se trataba de personas como tú o como yo.
Desgraciadamente de un hecho tan terrible no sólo se sacaron buenos sentimientos, unidad y actos de heroísmo. También permitieron a un vil ser humano llamado Bush sacar sus instintos más rastreros y demoníacos, iniciando una guerra en busca de falsas armas de destrucción masiva que escondían codicia, venganza y egocentrismo. Destruyó vidas humanas, más que el propio Bin Laden en aquel atentado, tanto de aquel país extranjero como de su propia patria. Sentenció a todo un país por el acto de un terrorista y en sus actos no había nada de justicia. Pero el pueblo americano es fácil de engañar y de manipular. Un sentimiento patriótico y vengativo inundó EEUU, todos querían su pequeña venganza, todos querían servir a su, de repente, unido país. Muchos sólo consiguieron matarse y matar a personas inocentes mientras su presidente, que no era más que un ser humano despreciable con ansias de gloria, yacía en su Casa Blanca calentito y seguro, frotándose las manos ante las oportunidades que daba la "reconstrucción" de un país arrasado.
En nuestro país no somos tan patrióticos, no nos dejamos engañar. Somos quizás más inteligentes, aunque siempre haya algún extremista que lo llame cobardía. Clamamos un NO a la guerra contundente, un no a que nuestros soldados fuesen a matar y matarse por la codicia de Bush. Sin embargo nuestro presidente de entonces hizo oídos sordos también, frotándose las manos ante las oportunidades que se abrían por colaborar con el Diablo sin pensar en las consecuencias. Y cuando aquel 11 de Marzo atentaron contra personas inocentes en la estación de Atocha de Madrid, el NO volvió a alzarse mucho más fuerte.
Hoy hace 8 años que las Torres Gemelas de Nueva York cayeron, pero sólo eran edificios, se pueden reconstruír o construír unas nuevas. Sin embargo las miles de vidas que se perdieron jamás volverán y su sacrificio fue en vano. Por unas horas todos fuimos seres humanos, unidos por una tragedia y un dolor aunque fuese ajeno. No tuvimos nacionalidad y sí una unidad. Pero el sueño duró poco, pronto volvimos a ser humanos a secas, con todos sus defectos. Hoy en día el mundo no ha cambiado en absoluto. Las guerras continúan sucediéndose y tras ellas siempre hay unos intereses disfrazados de la búqueda de la paz. Un día una de estas guerras se escapará de las manos que las controlan y volveremos a tropezar con la misma piedra. Parecemos destinados a cometer los mismos errores hasta que nuestra existencia caiga en el olvido, porque no habrá nadie para recordarla.
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1 comentario:
Todavía se encoje el corazón al verlo. Vaya época más mala por culpa de los mierdas de gobernantes joder...
Un abrazo.
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