Recuperando una Tradición "Olvidada".

A lo largo de los años la decoración navideña ha ido "evolucionando". Hoy en día imperan los colores fríos como el azul, plata, dorado, negro, rojo y blanco. Hasta los árboles ya no son estrictamente verdes, sino que puedes encontrarlos rojos, blancos e incluso negros. Todo ello hace que el ambiente navideño resulte más apagado, tristón si se prefiere, impersonal y demasiado "chic", "fashion" o "moderno". Da igual como lo llamen.



Este año Chiky y yo quisimos recuperar el color de la Navidad. Ese árbol de cuando éramos niños, lleno de bolas de colores e ilusiones infantiles. No ha sido tarea fácil, puesto que casi ningún comercio parece ya venderlas, casi llegamos a pensar que no se fabricaban. Cualquier establecimiento "de categoría" como el Corte Inglés u otras grandes superficies parecen haber olvidado lo que son los colores, da la sensación de que si pudiesen, pintarían el arco iris de blanco, dorado, rojo, negro, azul y plata. En fin, estábamos poco convencidos de encontrar artículo alguno hasta que un día entramos a un bazar que se llama Regalitos, donde no sólo las encontramos de colores, sino que encima las había de cristal. Es más, siguiendo la ruta nos metimos en un chino (no un restaurante, sino un bazar) y encontramos más bolas de colores. Lo habíamos logrado, una pequeña victoria que puede resultar absurda, pero que para nosotros en estos tiempos difíciles ha sido un pequeño granito de arena de esperanza.






Ahora miro mi árbol de Navidad y el niño que hay en mí aflora por unos instantes, rememorando tiempos de ilusión e inocencia. Entonces vuelvo al presente y sé que tengo suerte, porque la persona que está a mi lado comparte mis ilusiones, mis esperanzas y mis sueños. A veces lo olvido, cegado por los problemas y la incertidumbre, pero siempre es una alegría recordarlo de repente.

Hemos recuperado una tradición olvidada y, con ella, le hemos devuelto algo de color a lo más importante que tenemos, nuestras vidas.