lunes, 14 de abril de 2008

La Muerte De Una Era Se LLama "One More Day" (Parte II)

Un buen día Peter comienza a notar que algo va mal, no termina de encontrarse bien y sufre desmayos en los momentos menos propicios. No es la primera vez que está al borde de la muerte, pero esta vez va en serio (al menos todo lo serio que podía llegar a ser). En pésimas condiciones Spider-Man vuelve a enfrentarse a un resucitado (como no) Morlun, especie de vampiro de super-héroes que ya estuvo a punto de acabar con nuestro héroe. Esta vez Peter no puedo con él y muere irremediablemente... por poco tiempo. Su cuerpo queda envuelto en un capullo, donde abraza su lado más arácnido y sale de él renovado, dejando su antiguo cuerpo que ahora es un cascarón vacío. Sus poderes han aumentado notablemente y otros nuevos como sendos aguijones que le salen de las muñecas cuando está en peligro (particularmente no me gustó mucho esto último y al final se vio muy poco). Tony Stark decide hacerle entonces un nuevo traje basado en la tecnología de su propia armadura de Iron-Man, aumentando notablemente las posibilidades de Peter en muchos sentidos. Pero todo lo bueno se acaba y con la llegada de La Guerra Civil Tony le pedirá que se posicione a su lado al frente de la nueva ley de registro super-heróico pidiéndole que haga lo impensable. Una rueda de prensa abarrotada es el escenario de la más crucial acción de Spider-Man...su desenmascaramiento y como esos periodistas que asistían al evento nos quedamos con la boca abierta, aunque no nos desmayamos como J.J.Jameson. El shock es brutal. Todo comienza a ir muy deprisa para Parker, su familia ahora es un blanco seguro de supercriminales y se ve metido de lleno en los tejemanejes políticos de Stark. Se ve obligado a luchar con amigos y compañeros de batalla que no quieren registrarse, incluídos el Capitán América. Su fe en Tony se va mermando tras cada acto contra antigüos compañeros. Por fin admite su error al descubrir los verdaderos planes del gobierno. Una super-prisión para todo aquel que se niegue al registro, ya sea héroe o villano, sin juicio ni opciones. Tras enfrentarse a Iron-Man y colándose en un programa en directo de TV, anuncia su disconformidad con la ley de registro y admite su error, convirtiéndose nuevamente en fugitivo con una diferencia abrumadora. Todo el mundo sabe quién es. Pronto un francotirador averiguará dónde se esconden los Parker y acampa frente al Motel. Sus órdenes son claras: matar al objetivo principal o en su defecto dejar un mensaje con los secundarios. Cuando por fin Peter aparece detecta el peligro a tiempo, apartando a M.J. de la trayectoria de la bala, pero dejándole el camino abierto hacia tía May, que cae herida de muerte. Desde entonces su mundo se desmorona como tantas otras veces y por fin su paciencia llegó al limite. Tras dejar a su tía en un hospital y luciendo de nuevo su antigüo traje negro, comienza la carrera para averiguar quién es el culpable de su desdicha. Sin chistes ni frases ingeniosas, su determinación lo lleva a ser directo y brutal, sin llegar a matar, hasta averiguar que Wilson Fisk (alias Kingpin) fue quien dio la orden incluso desde la cárcel. Peter se enfrenta a él como nunca, no le deja oportunidad y de la paliza, el dueño del hampa cae machacado y humillado con un ultimátum dado por Peter: : "en el momento que muera mi tía volveré a por tí y terminaremos lo que empezamos"... (continuará)

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