Nueva York Para Principiantes.

Como siempre, un cambio de título en la edición española, aunque en esta ocasión debo darles la razón hasta cierto punto porque How to Lose Friends & Alienate People (algo parecido a Cómo perder amigos y enfadar a la gente) no hubiera cuajado muy bien así de literal. No obstante el título elegido no me parece tampoco la mejor opción.

Dicho todo esto comenzaré diciendo que no sabía ni de qué iba esta película y mis espectativas sobre ella eran más bien pobres. No hay duda de que tiene un reparto cuanto menos curioso (Simon Pegg, Kirsten Dunst, Megan Fox, Jeff Bridges, Gillian Anderson...) algo que supongo puede ser un reclamo muy llamativo de entrada. Pero como digo, yo iba más bien a ciegas.

Sidney Young es un inglés que lleva una revista de corte alternativo donde pone a parir el mundo de los famosos, ya sea de cine o moda. Por supuesto no lo dejan entrar nunca en las fiestas, no tiene suerte con las mujeres (hilarante el momento discoteca mientras baila y el efecto que provoca cuando se va). Vamos, resumiendo es un pringado inteligente, pero un pringado al fin y al cabo. Un día recibe una llamada del director de una gran revista americana para ofrecerle trabajo y, viendo el panorama de su vida, acepta encantado. Sin embargo, sus inicios no son muy buenos, ya que su trabajo consiste en hacer todo lo contrario de lo que es. Debe lamer culos y poner en un pedestal a todos los famosos, a lo cual se resiste rotundamente... al principio.

Para mí ha sido una sorpresa esta película. No tiene un guión complicado ni un trasfondo extremadamente profundo. No, Nueva York Para Principiantes es otra comedia romántica añadida a la colección. Sin embargo, unas interpretaciones correctas y un excelente Simon Pegg hacen que se convierta en un producto destacable, por encima de la media. El peso del film recae sobre Pegg, el cual demuestra que puede con lo que le echen, entrando y saliendo de situaciones absurdas con el humor inglés por delante. Aparte de esto, no resulta una comedia romántica como las demás. No es empalagosa, ni repipi, ni tiene un coloquio final del protagonista lleno de palabras bonitas para la chica de turno. No, se va al grano sin exageraciones ni pasteleos, casi sin palabras.

Así pues me ha resultado divertida, fresca sin ser nada nuevo y llena de crítica mordaz hacia el mundo del famoseo. Supongo que el haberla visto sin pretensiones me ha ayudado, pero quiero pensar que la película lo vale por méritos propios. Como mínimo ya vale la pena verla sólo por Simon Pegg.

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