Hoy, a eso de las tres y diez de la tarde (hora local), se producía un pequeño seísmo de 4º en la escala de Richter entre las islas de Tenerife y Gran Canaria. Se trata de un movimiento tectónico y no de tipo volcánico.
El mismo no tendría mayor relevancia, puesto que los hay todos los días totalmente imperceptibles, si no fuera porque se ha hecho sentir durante escasos 1 o 2 segundos, con el consiguiente susto momentáneo y la salida de atónitos vecinos a balcones y calles, interrogándose con la mirada, por si se tratase de imaginaciones propias. Una vez comprobado que todos estábamos por lo mismo, comienzan los comentarios sobre la experiencia. El ser humano es así.
Una de las cosas que más me ha chocado es que no hubo aviso previo por parte los animales. Como sabemos, ellos son los primeros en detectar este tipo de cosas. Sin embargo, no hubo ladridos ni aullidos por parte de los perros del barrio, ni siquiera de la mía. Supongo que esa detección por parte de los animales irá ligada a la magnitud o tiempo que va a durar el seísmo, dado que en ocasiones pasadas sí hubo alarma animal previa.
La última vez que se produjo un evento similar en la zona fueron los días 9 y 30 de Mayo de 1989. Este último de una escala menor, 3,7º y duró 45 segundos. El primero no lo recuerdo porque estaba durmiendo, pero el segundo sí. Teníamos visita en casa y tanto mi madre como yo pensamos que era él quién movia el sillón. La falta de costumbre hace que el cerebro no asocie el movimiento repentino del suelo con un terremoto.
Para más información: http://www.avcan.org/index.php?m=Noticias#N504
No hay comentarios:
Publicar un comentario