Cumpliendo los 33.

Por favor, no me regaléis cruces, me gustaría vivir muchos años más. XD

Reflexionando sobre la vida en general y lo que ha sido tener 32 llegas a la conclusión de que cuanto más cambian las cosas más siguen igual. Las relaciones con mi padre son inexistentes (y así seguirán, por muchos motivos), la relación con mi hermano está en fase terminal y la relación con mi hermana es inexistente desde hace 2 años o más, involuntariamente, puesto que es el padre (el mío), quien le prohibió verme porque no me llevaba con él. El trabajo, otra cosa inexistente, aunque en eso somos unos 4.000.000 millones.

No todo es malo, hay cosas que sí han cambiado. Por mal que anden las cosas siempre hay gente muchísimo peor, algo que comprobé hace unos días cuando la de 21 días se vino a Tenerife para convivir con la crisis (no en vano Canarias es la región con mayor tasa de paro de España). La relación con mi madre es ahora muchísimo mejor que hace unos años, vamos, cuando lo pienso son muchos años perdidos que no se recuperarán, pero al menos eso cambió hace unos cuantos. Disfruto de unos abuelos ya bastante mayores y que en líneas generales poseen buena salud, pero ya se sabe que llegados a una edad el tiempo se va agotando. Mis suegros son ya parte de mi familia, me tratan como a un hijo y eso se agradece desde el corazón. Tengo buenos amigos, aunque se pierdan un mes entero sin dejar rastro porque han encontrado el amor, cuando vuelven es como si no se hubieran ido, por poner un ejemplo. XD También estamos conociendo gente nueva, en un ámbito distinto al acostumbrado y mucho antes de nuestras nuevas cirscunstancias. Y es que si algo ha cambiado de verdad desde hace unos meses, es una de las cosas más importantes de la vida. Pero por encima de todo, tengo a mi mejor amiga a mi lado, mi compañera de camino desde hace 4 años y medio. Con ella han sido miles las vivencias hasta ahora y espero que sigan habiendo muchas más, de hecho estoy seguro de que de un modo u otro estaremos ligados siempre, porque lo que sí que ha cambiado es que vamos a ser padres. Y, aunque nos ilusione mucho, también vamos con pies de plomo, puesto que hace unos años ya perdimos una niña con 5 meses de gestación y hubo un segundo embarazo frustrado antes de los 3. En esta ocasión las cosas parecen ir mejor, incluso su azúcar ha mejorado (ella es diabética). No nos importa si es niño o niña, sólo queremos que salga adelante y nazca sano/a. El resto será cosa nuestra y, con crisis o sin ella, saldremos adelante para que tenga lo mejor de nosotros y llegue a ser incluso más como individuo. Es un camino que sólo está comenzando y estoy ansioso por recorrerlo, con sus cosas malas y sus cosas buenas.