viernes, 31 de octubre de 2008

Teaser Trailer de Ángeles & Demonios.

Y es que a pesar del gran éxito de la novela de El Código DaVinci y su versión cinematográfica, a mí siempre me ha parecido mejor novela Ángeles Y Demonios. Me resultó más entretenida y original, porque el tema de la descendencia de Cristo se ha tocado infinidad de veces en la Literatura. En cambio en la novela que nos ocupa, el tema central gira en torno a la Iglesia, los Iluminati y la ciencia. Algo bastante curioso dado que religión y ciencia no son muy buenos amigos. Así pues espero con más ganas ésta película que la anterior. Para aquellos que no lo sepan, la historia de A&D es anterior al Código DaVinci, porque hay mucha gente que habla de ella como secuela y no es así. El teaser, como buen teaser que es, no muestra casi nada.

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martes, 28 de octubre de 2008

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 34

CAPÍTULO 34. LÓPEZ.

León intentaba deshacer el nudo con el que lo habían atado al asiento, pero no resultaba nada fácil. Acababa de despertar y le dolía el golpe que le habían asestado para dejarlo inconsciente. Miró alrededor en busca de cualquier cosa que los ayudara pero, ¿qué iba a encontrar si estaba atado? Se fijó en que López lo observaba curioso.

- ¿Qué, piensa quedarse ahí mirándome o va a intentar algo para soltarse?

López sonrió. No era una sonrisa agradable, más bien todo lo contrario. A León no le gustaba nada, le daba escalofríos. Estaba claro que había perdido el juicio, pero no la inteligencia. López pareció leerle el pensamiento:

- No estoy loco. Simplemente veo las cosas de un modo distinto. Ya no me rijo por las barreras establecida por los hombres. Soy libre.

- Vaya, pues me alegro por usted. Pero si no salimos de aquí su “libertad” quedará mermada por esa barrera que los hombres llaman cárcel…o en su caso quizás un psiquiátrico.

- No debes preocuparte por eso – dijo levantándose mientras sus ataduras se deslizaban hacia el suelo- yo ya me he soltado. Y blandiendo una navaja se fue acercando. León comenzó a sudar y el miedo se reflejó en sus ojos.

- Tranquilo, no voy a matarte – y acto seguido cortó las ataduras- te necesito para entrar en el búnker de Fleitas. Tengo que coger un vuelo.

- ¿Un vuelo a dónde?

- Ya lo verás. Ahora démonos prisa. La hora estimada de salida es a las 10 de esta noche y son las 8.

- ¿Cómo sé que puedo fiarme de ti? Mataste a mi compañero sin inmutarte por un error.

- No soy estúpido. Necesito apoyo por si nos topamos con ellos. Yo sólo no podría con todos. Vamos, podrían estar desbaratando los planes de Fleitas mientras hablamos. Eso sólo puedo hacerlo yo.

Ambos se pusieron en marcha, armados tan sólo con la diminuta navaja de López. Entonces León cayó en la cuenta y preguntó:

- ¿De dónde la sacaste? – señaló el objeto- ¿No te registraron de arriba abajo antes de atarte como a mí?

- Sí lo hicieron, pero me da que no eran tan buenos registrando. Se olvidaron de un pequeño detalle que ignoran por completo.

- ¿Qué detalle?

- Todo a su tiempo. Ahora sigue corriendo.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 33

CAPÍTULO 33. SOLTADLES.

Richard se había hecho un vendaje con unos jirones de sábanas limpias que encontró en un armario. No era lo más adecuado, pero de momento serviría. Un golpe violento en la puerta le hizo fijar su mirada en ella. Ya vienen – pensó-. Había trancado la puerta con un armario más grande que esta. Sin embargo, la puerta era corredera. En cuanto corto-circuitaran el cierre para abrirla, sólo tendrían que empujar el armario. Sacó el cargador de su pistola y presionó un panel más pequeño que la yema de un dedo. Una franja a lo largo se fue iluminando en color azul. Se quedó a la mitad. La batería no duraría mucho. Examinó las opciones que le quedaban. Ya había registrado la habitación de arriba para abajo y nada. La única salida sería un conducto de ventilación tan estrecho que hasta un gato tendría problemas para atravesarlo. Se oyó un chispazo y un siseo. La puerta se había abierto. Se plantó detrás de la cama mirando hacia el armario. Se oyeron voces provenientes de fuera. Entonces cayó en la cuenta y se levantó como un rayo.


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- ¿Sabéis qué? – dijo Gwen- me hace gracia vuestra patética muestra de amor. Tan sólo debías disparar y al menos tú habrías tenido una oportunidad, Sara. Sin embargo, al rendirte, te has condenado junto con él –y señaló a Aaron-

- Bueno – contestó ella- no esperaba menos de una mujer que no sabe lo que es amar.

La risa de Gwen llenó la habitación. ¿De qué sirve el amor? – preguntó-. ¿Acaso da de comer o te puedes comprar algo con él? Yo prefiero manejar a los hombres, utilizarlos para mis fines. Ahora mismo me trabajo a Fleitas. La pobrecita Paula cree que él la quiere. Ilusa estúpida. A él le repugna que una mujer se arrastre con esos sentimentalismos baratos. Necesita una mujer fuerte y decidida. Y eso me ha valido un pasaje al paraíso.

- Así que básicamente eres una vulgar puta.

Gwen borró la sonrisa de su rostro, se acercó a la silla donde habían atado a Aarón y le cruzó la cara de un derechazo. El labio partido de éste comenzó a sangrar.

- Sí – dijo ella- soy tan puta que serás el primero en morir. Sacó un enorme cuchillo y lo puso delante de él. Vas a sufrir, eso te lo garantizo. Si quieres, puedes gritar.

- Señora – anunció el vigilante- Van a entrar en la habitación. Han abierto la puerta y algún mueble les impide el paso, pero ya lo están derribando.

Gwen desvió su atención hacia las pantallas. Vio a los guardias entrar en el recinto. Pasaron unos minutos hasta que volvieron a salir. Uno de ellos miró directo a la cámara y por radio informó:

- No hemos encontrado a nadie. La habitación está vacía.

- ¿Cómo que vacía? ¡Si nos dijeron que había entrado ahí!

- Pues habrán errado señora. Le repito que aquí no hay nadie.

- Traedme a esos dos inútiles. Les preguntaré yo misma.

- Pero, la chica esta herida en una pierna, no es aconsejable moverla. Yo creo…

- ¡Tú no crees nada – interrumpió Gwen- He dicho que me los traigas y me los traes! ¿Queda claro?

- Como el agua señora. Voy por ellos.



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La habitación estaba revuelta. No quedaba mucho en pie. El armario yacía tumbado en parte sobre la cama. Habían revisado cada rincón sin encontrar nada. Sin embargo, a nadie se le ocurrió mirar dentro del armario. Una puerta corredera se deslizó y Richard salió como pudo por el estrecho hueco que había quedado entre la cama y el mueble del que salía. Suerte que los guardias no habían deslizado la cama que él mismo rodó previamente para evitar que el armario quedase en contacto con el suelo directamente. Nunca habría podido salir si las puertas estuvieran sobre el piso. Con sigilo, y magullado, se encaminó hacia la puerta de la habitación. Asomando la cabeza con rapidez, miró a izquierda y derecha. No divisó vigilancia. Salió al pasillo y cogió el mismo camino por el que había visto huir a Violeta.


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- ¡Os repito que allí no estaba par de imbéciles! ¿Crees que si hubierais mirado bien no habrían encontrado a ese mamón?

- Señora – dijo el guardia con nerviosismo- le juro que lo vi meterse en la habitación sin ninguna duda. Quizás encontró otro medio para salir de ella.

- Imposible – se oyó decir al vigilante- El único medio de entrar o salir aparte de la puerta sería el conducto de ventilación y por ese sólo caben el aire y los insectos.

- Muy bien. Tendremos que romper las normas y acceder a las grabaciones de la habitación – comentó Gwen-. Código de acceso: 41 25 96 87.

El vigilante presionó el teclado táctil con ligereza. Al momento buscaron el número de la cámara y la holo imagen apareció en pantalla. El hombre marcó la hora aproximada en que se suponía que Richard había penetrado allí. Durante un rato la imagen no ofrecía más que quietud. Al poco rato la puerta se abría y el soldado entraba en ella sujetándose el hombro.

- ¡Ahí está! – exclamó el chico que aseguraba que había entrado-

- Lo veo. Ahora cierra el pico y déjame ver que es lo que hizo para escapar.

En la imagen se observaba cómo Richard acercaba la cama al armario que había colocado para obstruir la puerta. Acto seguido y ante el asombro de los presentes, abría el armario y se escondía en él. Al momento el armario caía sobre la cama, los guardias entraban y registraban en vano la habitación.

- ¡Malditos inútiles! Contactad con ellos inmediatamente. Que vuelvan allí y cosan a tiros ese armario. Después que saquen lo que quede de…

- ¡Señora! El vigilante señalaba la pantalla. Se pudo ver como Richard salía del armario y poco después desaparecía por la puerta.

- ¡Mierda! Búscamelo con las cámaras. Vosotros –dijo dirigiéndose a la chica herida y su compañero- localizad a esos imbéciles y rastreadme cada rincón. ¡Quiero a Richard muerto ya!

En eso, las puertas del recinto se abrieron y apareció uno de los guardias que había revisado la habitación en el vídeo. Estaba muy serio y pálido. Lo presentes tardaron en percatarse de que le corría sangre por la camisa. El hombre terminó de entrar y casi sin voz dijo:

- Lo siento. Nos pilló desprevenidos.

En ese instante tras él asomó Richard con su pistola apuntando a Gwen y cubriéndose con el guardia.

- Soltadles.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 32

CAPÍTULO 32. JUSTO A TIEMPO.

- ¡Debemos ir en su busca! – exclamó Sara- Podría estar herido o algo peor.

- Tranquilízate – contestó con calma Richard- La señal del localizador que le dejé llega clara. La cuestión es no dar un paso en falso o nos descubrirán. Bien, os daré un arma a cada uno. Nos dividiremos. Aarón y Sara por un lado y Violeta y yo por otro. Ambas direcciones llevan al punto de donde proviene su señal.

- Yo no quiero arma – dijo Violeta-

Sorprendidos, los tres se viraron hacia ella, que permanecía ligeramente separada del grupo.

- Violeta, debes cogerla. Ya sabes a quiénes nos enfrentamos. Sé que estás asustada y triste. Sé también que posiblemente ya todo te da igual. Pero debes llevarla. La vida no se ha acabado para ti, ni para ninguno de nosotros. Hay que seguir adelante.

- Lo siento – contestó ella entre lágrimas silenciosas- no puedo.

- Está bien – dijo suspirando Richard- Entonces mantente pegada a mí y atenta a lo que te indique. ¿Entendido?

Violeta asintió.

- En marcha entonces – ordenó el soldado-. Y se pusieron en movimiento deseándose suerte.

Aarón y Sara tomaron el camino de la izquierda. Un largo pasillo fue su única compañía durante media hora. Luego comenzaron a oír voces y pasos. Abrieron una puerta a su derecha y la cerraron tras de sí. Esperaron en silencio.

- ¡Si no encontramos a ese mamón Fleitas nos va a crucificar!

- Lo encontraremos, no se preocupe.

- Oye – dijo Gwen al soldado que la acompañaba parándose delante de la puerta -¡no me vengas con optimismos estúpidos! Ese tío es muy listo. Y ya se nos ha escurrido varias veces.

El soldado sostuvo la mirada asesina de la chica sin inmutarse, pero mantuvo la boca cerrada. Gwen continuó hablando:

- Vamos – ordenó- Debemos darnos prisa. Tenemos que zanjar este asunto antes de una hora o partirán sin nosotros.

Reanudaron la marcha por el pasillo alejándose de la puerta. Entonces ésta se abrió despacio, surgiendo Aarón y Sara de ella con sigilo. Vieron alejarse a la chica y el soldado. Con una mirada entre ambos se lo dijeron todo y comenzaron a seguirlos.


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Richard notaba la presencia de Violeta justo detrás de él. Llevaba el aparato de rastreo y la señal de Max era fuerte y clara. Parece que de momento se mantiene entera – pensó-. Llevaban ya mucho rato andando. Habían esquivado a varios tipos con bata y algún que otro grupo de soldados que buscaban a alguien. Llegaron a la siguiente esquina y con un gesto de la mano le indicó a la chica que parase. Con cautela se asomó por el borde. El pasillo parecía vacío. Espero 3 minutos hasta reanudar la marcha. Todos sus sentidos estaban alerta… o eso pensaba él. Demasiado tarde percibió el movimiento a sus espaldas.

- ¿Vais a alguna parte?

Se giraron despacio y allí estaban. Un grupo de 5 soldados y ella, la traidora, apuntándolos con sus armas. A Violeta se le encendió un fuego interior que nadie percibió.

- Suelta la pistola Richard.

Este obedeció. Acto seguido se acercaron a ellos. Los empujaron contra la pared y comenzaron a cachearlos.

- Fleitas tenía sospechas de que Max no volvió sólo. Veo que no se equivocaba. ¿Dónde están los demás?

- Muertos – contestó Richard-

- Puede – dijo Paula con una media sonrisa - o puede que estén vivos y anden por ahí. En cualquiera caso los encontraremos y correrán vuestra misma suerte. Matadlos – ordenó a los soldados-

El más cercano sacó su pistola de la funda y la levantó hacia Richard. Con una rapidez eficaz éste giro sobre si mismo agarrando el arma con la mano izquierda y asestándole un certero golpe en la nuez a su verdugo con la derecha. Mientras se desplomaba y los demás lo apuntaban, disparó dos veces, acertando a otros dos. Violeta continuaba junto a la pared, agachada y con las manos sobre la cabeza. Richard sintió un dolor agudo en el hombro y cayó de rodillas. Disparó de nuevo, hiriendo en la pierna al soldado que le había disparado.

- ¡Corre! – le gritó a Violeta-, ¡muévete de una vez!

Violeta reaccionó y comenzó a correr en dirección contraria. Mientras él vio como arrastraban a la chica que había herido tras la esquina, parapetándose allí. No consiguió ver a Paula. También se había puesto a cubierto supuso. Retrocedió unos pasos mientras la sangre le brotaba de la herida. Abrió una de las puertas que encontró y entró por ella. Buscó algo con lo que detener la hemorragia.


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Gwen y el soldado entraron en la sala. Varios armarios llenaban las paredes, así como un sofisticado sistema de pantallas donde podían verse múltiples zonas del recinto. Un guardia desvió su mirada de las imágenes y saludó.

- ¿Has encontrado algo?

- No señora. Al menos en los sectores que he mirado de momento.

A la vez que hablaban, el soldado rebuscaba en uno de los armarios, repleto de múltiple armamento. Cogió un cinturón con granadas implosivas y algunos cartuchos para la pistola. Entonces sintió la presión de algo en la nuca.

- Suéltalas – le susurraron-

Obedeció mientras su cerebro calculaba la situación. Date la vuelta, le dijeron. Al girarse reconoció a uno de los que había visto en holo-imagen. Era Aarón. Por detrás de él la conocida como Sara apuntaba hacia sus compañeros, que no se habían percatado de la situación.

El vigilante cambiaba las imágenes de las pantallas, visitando distintas zonas constantemente. De pronto se detuvo en una donde pudo ver a una soldado herida y a su compañero asistiéndola mientras empuñaba el arma. De vez en cuando se asomaba al pasillo contiguo, pero allí no había nadie.

- Algo ha pasado ahí, eso está claro – dijo Gwen- Iré a ver. Tú mantenme informado por radio. ¿Tienes ya lo necesario? – preguntó girándose hacia el soldado y llevándose una sorpresa-

- Soltad las armas y no os mováis – ordenó Sara apuntándoles-

Gwen y el vigilante no se movieron.

- ¿Estáis sordos?

- No lo estamos chica. Pero si no bajas el arma tú y te rindes juro que tu muerte será lenta y dolorosa.

- Parece que no comprendes la situación. Nosotros tenemos las armas y os estamos apuntando – contestó Sara mientras la desafiaba con la mirada-

- Te equivocas – oyó decir detrás- Ahora yo apunto a tu novio y tú a Gwen. Si la matas lo mato.

Sin saber cómo, Aarón se encontraba ahora agarrado por el cuello y era apuntado por el soldado con su arma.

- ¿Qué eliges chica? – preguntó Gwen-

Sara dudó un minuto antes de decidir.


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Violeta corría siguiendo la señal de posición de Max. Llegó a otro pasillo parecido a los demás. Parece que no acabará nunca – pensó-. Entonces la vio. Una doble puerta con HANGAR 2 escrito encima. Se acercó despacio y se plantó frente a ellas. Nada. Miró alrededor buscando la causa hasta que cayó en la cuenta del panel con la ranura para tarjetas.

- ¡Mierda! –se le escapó-

- Necesitas la llave para entrar. ¿Creías que iba a resultar fácil?

Reconoció aquella voz antes de virarse. Era Paula, apuntándola con su pistola. En ese momento le pareció una estupidez no haber cogido la que le ofrecieron antes de empezar todo aquello.

- Bueno guapa – dijo Paula acercándose - se te acabó la suerte. Ya es hora de que mueras como los perros de tus compañeros.

El recuerdo hizo que tristes lágrimas lamieran las mejillas de Violeta. No llores tonta – escuchó- pronto te reunirás con ellos. Y justo cuando Paula comenzaba a apretar el gatillo reaccionó y agarró el brazo extendido de ésta, apartándose de la trayectoria del arma. El disparo dio en el panel, haciendo que saltaran chispas. Las puertas se abrieron con un siseo. Forcejeando, sintió como le daban un rodillazo en las costillas, pero a pesar del dolor no soltó el brazo de Paula. Sin pensarlo le asestó un cabezazo en la cara oyendo un crack y el dolor recorrió su frente mientras oía un gemido de dolor procedente de Paula. El arma cayó al suelo. Sonada por el golpe, Violeta se tambaleó un poco mientras se tocaba la frente con la mano. Miró hacia su adversaria y la vio sujetarse la nariz mientras las manos se le empapaban de sangre. Se agachó a coger la pistola. La sintió antes de verla. Empuñó el arma y disparó. Luego apreció el enorme peso cayéndole encima. Apartó el cuerpo de Paula y se levantó. Corrió hacia las puertas atravesándolas. La adrenalina recorría su cuerpo mientras miraba el aparato, con la señal de Max cada vez más cerca. El hangar era enorme y el aparato la llevaba a una extraña figura de proporciones gigantescas sostenida en el aire. Se dirigió a las largas escaleras automáticas que ascendían hasta el objeto. Cuando llegó arriba y hubo entrado, se cruzó con un tipo con una bata blanca. Lo apuntó con el arma y le mostró la señal.

- Llévame allí o te vuelo la cabeza – dijo con firmeza. Asustado y tartamudeando el tipo le contestó que sí y comenzó a caminar. Violeta iba incitándolo a andar más deprisa apretando la pistola contra su espalda. Tras recorrer varios tramos del lugar se paró junto a una pared.

- ¿Por qué te detienes? – preguntó con violencia-

- Es a-a-aquí – tartamudeó el hombre-

- ¿Me tomas por idiota? – exclamó ella-

- No, no, no, señorita – contestó rápidamente-. Se lo enseñaré. Y acto seguido puso la mano en la pared y ésta, atravesó la misma como si fuese agua.

- ¿Pero cómo? – preguntó sorprendida-. Sin embargo la señal del aparato era más intensa allí. El tipo se encogió de hombros y la invitó a que probara. Tú primero – dijo ella-. El hombre fue desapareciendo a través de la pared y ella lo siguió. Notó una leve sensación de frío y luego observo el lugar. Una especie de habitación se abría ante sus ojos. A sus oídos llegaron unas voces con claridad, pero ninguna era la del individuo de la bata:

- Sinceramente Fleitas, sigo creyendo que estás loco.

- Claro que sí Max. A todos los genios de la historia los han declarado locos. Sin embargo mi hazaña será mayor que la de cualquier ser humano conocido. En cambio la tuya – y Violeta vio como Fleitas levantaba el arma hacia Max- tan solo será un recuerdo vago en mi memoria. En ese instante Violeta disparó y Fleitas cayó al suelo.

El tipo de la bata blanca se había encogido en el suelo atemorizado. Max la miraba atónito. Luego se acercó a ella y la abrazó con fuerza. No reaccionó, quedando sorprendida por el gesto. Él se separó y mirándola a los ojos dijo:

- Creí que iba a morir. Me has salvado la vida y nunca lo olvidaré. Llegaste justo a tiempo.

Y por primera vez desde hacía mucho, Violeta sintió que podría seguir adelante y le dedicó una amplia sonrisa a su compañero.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 31

CAPÍTULO 31. PROYECTO A.E.

Max había permanecido oculto mientras las alarmas sonaban. Ahora todo era silencio. Parecía que habían descubierto su huída y todos estaban buscándolo. No lo dudó más y corrió hacia el enorme aparato que se sostenía en el aire. Una vez allí intentó calcular el punto por donde había aparecido Fleitas en aquel extraño ascensor. Miró el fuselaje que se extendía sobre él buscando en vano algún signo de entrada o salida. Dio varias vueltas sin rumbo fijo. De pronto, como si fuera metal líquido el fuselaje se abrió sobre su cabeza y una plataforma de metal bajó hacia él. Se apartó de su trayectoria mientras lo observaba. La plataforma se detuvo justo antes de tocar el suelo. Confuso, pudo comprobar que era diferente al que había utilizado su jefe. Mientras que el suyo era un simple círculo plano sin ningún otro detalle aparente, Fleitas había descendido en una cabina con un orificio justo para que cupiese una persona. A pesar de las dudas iniciales, se atrevió a poner un pie en la superficie de metal. Luego subió del todo y sin más comenzó a remontar hacia el artefacto. El metal de arriba se iba acercando lenta pero inexorablemente y en un acto reflejo, Max se cubrió la cabeza para evitar el choque que nunca llegó. Con asombro comprobó que atravesaba el metal como si fuera agua. Suave y sin ruido, tan sólo sintió una sensación de frío momentáneo en su cuerpo. Cuando quiso darse cuenta, se encontraba dentro de una cabina de ascensor o al menos, algo parecido. En sus paredes, una especie de espejo le mostraba su estado de salud al completo. No había puerta y podía ver el exterior, totalmente hecho de aquel metal inexplorado. Se aventuró hacia lo desconocido.

Cuando llevaba varios pasillos recorridos, oyó voces. Sin pensarlo, volvió sobre sus pasos en busca de un lugar donde esconderse. Tropezó con una fría pared metálica. No supo qué hacer. No conseguía ver ninguna puerta o cavidad en ningún sitio y las voces pronto se convertirían en personas. Miró a su derecha. Al final del pasillo aparecieron dos hombres con batas blancas que charlaban animadamente. Pasaron junto a él sin verlo y Max se quedó sorprendido. Miró nuevamente a derecha y luego a izquierda. Las voces se alejaban mientras desaparecían por la esquina. No lo entendía. Con desconcierto, tardó en descubrir la causa. Aparentemente había atravesado la pared de su espalda y se encontraba dentro de ésta o al menos en parte. Una habitación de cierto tamaño se abría a su espalda. Terminó de entrar en ella y, maravillado, se dio cuenta que podía ver el pasillo del exterior a través de la pared, como si esta fuera transparente. Se repuso y giró sobre sus talones. Ante sí un gran aparato se alzaba a escasos metros. Intrigado se fue acercando a él. Cuando estuvo a poca distancia se encendieron luces en aquellos paneles de metal traslúcido. Parecía material etéreo y sin embargo al extender la mano palpó aquel sólido material. Sintió un cosquilleo en la cabeza, una impresión parecida a la que se experimenta cuando por fin consigues dar con la respuesta de algo que llevas mucho tiempo intentando entender. Una sensación de irrealidad lo envolvió. En su ensoñación se preguntó qué sería aquello e inmediatamente ante sí en la pared aparecieron luminosas letras que componían una respuesta:

- SOY SAIVE

- ¿Qué? – preguntó Max desconcertado-

- SAIVE : SISTEMA ARTIFICIAL DE INFORMACIÓN VÍA ENCEFÁLICA. ¿QUÉ DESEA SABER?

- ¿Vía encefálica? – acertó a decir-

- A TRAVÉS DEL CEREBRO, LA INFORMACIÓN ES ENVIADA DESDE ESTA UNIDAD SAIVE AL USUARIO POR MEDIO DE ONDAS MUY PARECIDAS A LAS CEREBRALES.

Max quedó perplejo 5 largos minutos mientras aquellas luminosas palabras brillaban ante sí. Una vez medio recuperado de aquel trance y consciente de lo que tenía delante, pensó una pregunta más concisa:

- ¿Qué es el A.E.?

- A.E., MÁS CONOCIDO COMO PROYECTO A.E. ESTRECHAMENTE LIGADO A LOS VIAJES EN EL TIEMPO Y SUS IMNUMERABLES PARADOJAS. DURANTE AÑOS EL CONOCIMIENTO DEL SER HUMANO SOBRE SU PASADO LO HA LLEVADO A INVESTIGAR NUMEROSOS PUNTOS DE LA HISTORIA. UNO DE LOS MÁS INTERESANTES Y BUSCADOS, EL ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA. UN SALTO EN EL TIEMPO LLEVADO A CABO AL PUNTO EXACTO EN QUE SE EXTINGUIERON LOS DINOSAURIOS CULMINÓ CON EL DESCUBRIMIENTO DE UNO DE LOS SECRETOS MÁS INCREÍBLES …

Max sintió que lo sacaban de un trance, tirando de él. Se sintió mareado unos segundos y cuando quiso darse cuenta yacía en el suelo y Fleitas lo apuntaba con un arma.

- La primera vez siempre marea, pero es un viaje que engancha.

- ¿Cómo has sabido encontrarme?

- No lo he sabido Max. Ha sido una feliz casualidad que viniese a consultar este maravilloso ordenador del futuro y encontrarte en él. Parece que finalmente podré matarte. Apuntó con el arma dispuesto a disparar.

- ¡Espera! –exclamó Max-. Fleitas quedó en suspenso. No puedes matarme, no sabes nada sobre si regresé sólo o con los demás. ¿Quieres vivir con esa duda?

- Ya me preocuparé después de eso, demasiados problemas me has causado ya para dejarte vivir. Lo siento Sr. Gomda, su tiempo ha expirado.

- Está bien cabrón. Si vas a matarme ya nada puedo hacer, pero explícame por qué. ¿Cuál es ese gran secreto por el que vale la pena matar?

Divertido, Fleitas se le quedó mirando mientras pensaba a gran velocidad. Finalmente sus ganas de vanagloriarse ante aquel hombre que tanto odiaba le hicieron optar por hablar.

- Será un placer –dijo-. ¿Por dónde empezar?

- ¿Por el principio, por ejemplo? – contestó Max con sarcasmo-

- Desafiante hasta el final, ¿eh Max? Está bien. En mi juventud descubrí esta tecnología en Marte durante una misión secreta que nunca llegó a salir a la luz. El Saive me dio a conocer el viaje en el tiempo, entre otras cosas. Por eso os contraté, porque uno como éste – y señaló el ordenador- me mostró todo lo que debía saber para alcanzar la creación del viaje en el tiempo, incluido los nombres de los científicos que lo lograrían. Siempre me he preguntado que habría pasado si no hubiera descubierto esto. ¿Existiría el TET y los saltos en el tiempo? En fin. La verdad es que revisé muchos datos sobre el fascinante futuro y sus miles de logros. Pero el proyecto A.E. llamó poderosamente mi atención. No sin una enorme sorpresa e incredulidad descubrí que se realizaron o realizarán, según se mire, cientos de saltos hacia el gran desencadenante de la vida mamífera en La Tierra. La extinción de los dinosaurios. Supuestamente, un enorme meteorito se estrellaría en el planeta provocando un invierno nuclear aniquilador. Hizo una pausa mientras Max continuaba expectante a sus palabras. Reanudó el relato. Bien, pues adivina qué pasó en esos saltos…

- Ni idea –expresó Max con interés-.

- …Absolutamente nada. No cayó ningún meteorito ni asteroide en el planeta. Repitieron el salto con un margen de varios años entre sí y siguió sin ocurrir nada. Los dinosaurios siguieron vivos y evolucionando. De los mamíferos ni rastro. Sin embargo, tras cada salto volvían a su tiempo y todo estaba tal cual lo conocían, algo que los desconcertó.

- No lo entiendo – interrumpió-. ¿Cómo es posible que los dinosaurios siguieran existiendo si los humanos existimos? Tampoco tiene sentido que el hombre siguiera existiendo en el futuro si los dinosaurios no se extinguieron. Es una locura.

- Eso mismo pensaron ellos. Pero cada cosa a su tiempo Max. Alarguemos el relato, y con él, tu penosa vida. Como iba diciendo no sabían qué pensar ni que hacer. Durante años comprobaron que a pesar de todos los indicios del pasado ellos seguían allí. Así que un día alguien tuvo un pensamiento lógico. Si los humanos existían era porque algo debió cambiar en aquel pasado. Tardaron años en dar con la clave, pero sin duda fue algo memorable. ¡Qué equivocados estábamos Max! Hizo una pausa tras la cual y con teatralidad citó: ¡Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza! Pues bien Max, no fue Dios quien lo hizo, sino el mismo hombre.

Max estaba mudo, pero en su interior comenzó a abrirse la comprensión de aquellas palabras, a pesar de que parecía la mayor locura concebida, ya sabía que aquel demente decía la verdad.

- Imagínatelo por un momento. Largos años de investigación, creación y teoría llevados a la práctica. El proyecto A.E. Nunca un nombre había tenido tanto sentido Max. El proyecto Adán & Eva. Sencillo y sin embargo tan significativo. El propósito de dichas investigaciones era algo arduo pero muy concebible. ¿Te acuerdas de aquel rombo en mi despacho? Claro que sí – se contestó solo-. Pues eso amigo mío es A.E. Millones fueron creados. En su interior, la esencia de la vida. El código genético de miles de especies terrestres y entre ellas el humano envasado y listo para su desarrollo en aquella primitiva Tierra. Sólo quedaba un pequeño detalle. Los dinosaurios. Como un designio de ese pasado que todos conocemos, decidieron desviar un asteroide del borde exterior de la vía láctea. Lo hicieron coger rumbo al planeta Tierra con una precisión matemática impecable. Así pues, el código genético enterrado en todos los puntos posibles del globo y un asteroide de camino para destruir una especie dominante.

- Increíble – a Max se le notaba la fascinación por el relato que acababa de escuchar, olvidando incluso su inminente muerte- Pero, ¿cómo funcionan esas unidades de A.E.? ¿Por qué no fueron destruidas con el calor de la explosión tras el impacto?...

- Lo siento – interrumpió Fleitas- eso no puedo decírtelo. No tengo ni idea. Por mucho que lo hemos intentado no hemos conseguido descubrir de qué modo funcionan. No ha habido manera de abrir una sola unidad y si se nos ocurría intentar romper una simplemente no podíamos, lo resisten todo. En el Saive no consta el funcionamiento de ninguno, supongo que será alto secreto. Tan sólo sabemos que funcionan y eso es lo importante.

- Entiendo. Así que robaste esas unidades de A.E. en el Cretácico para cambiar el pasado a tu antojo.

Una risa espontánea surgió de los labios de Fleitas. Max se quedó sorprendido intentando saber qué era lo que le hacía tanta gracia.

- ¿Te diviertes?

- Mucho Max. No has comprendido nada. ¿Crees que cambiaría el pasado de este planeta? Eso no me serviría sino para borrar la existencia de toda la humanidad tal y como la conocemos. Por tanto nunca llegaría a existir ni yo ni esta realidad que tenemos delante. No señor, yo tengo planes más ambiciosos y creativos. Mi intención es ser un Dios. Crearé vida a mi imagen y semejanza…en otro planeta. Uno que reúne unas condiciones óptimas para la vida y donde haré mi voluntad. No tengo más que saltar en el tiempo millones de años y seguir un procedimiento similar en ese planeta que el que se siguió en este. Luego, cuando mi propia humanidad esté desarrollada, descenderé de los cielos como su creador y dominaré su existencia. ¿Hay mayor poder que ser dueño de un mundo?

- Sinceramente Fleitas, sigo creyendo que estás loco.

- Claro que sí Max. A todos los genios de la historia los han declarado locos. Sin embargo mi hazaña será mayor que la de cualquier ser humano conocido. En cambio la tuya – dijo volviendo a apuntarlo con el arma- tan sólo será un recuerdo vago en mi memoria. Un estampido rasgó el aire y el cuerpo cayó en el suelo, inerte.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

sábado, 25 de octubre de 2008

Spider-Man. El Reino De Las Sombras Para PS2...Échate A Llorar.

Pues sí. Hoy me dió por echarle un vistazo a la cajita de uno de estos juegos para PS2, que viene a ser la única consola que tengo y estoy lejos de poder permitirme una PS3 o cualquiera de nueva generación. Al mirar por atrás para leer las características del mismo no pude ni empezar del susto que me llevé. Lo primero que llamó mi atención fueron las capturas del juego, horrendas donde las haya, porque más que un juego de PS2 parece uno de PS1, y eso como mucho. Me parece increíble dado que los anteriores juegos de Spider-Man en la Play2 tenían un nivel gráfico decente, al máximo de la capacidad de dicha consola. Para nada ha de llegar al nivel de la versión para Play3 pero tampoco al nivel de consolas inferiores. Se han dejado la piel con las versiones de las consolas de nueva generación y de resto, nos dejan una mierda que ya es difícil de mirar, no digo ya jugarla. Ni de coña me lo compro. Pero como una imagen vale más que mil palabras os voy a dejar varios vídeos a continuación:

Spider-Man. El Reino de las Sombras para PS3
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Spider-Man 3 para PS2 (por poner un ejemplo anterior en dicha consola)
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Spider-Man. El Reino de las Sombras para PS2 (sobran comentarios)
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¿Dónde Está Wally Ahora?

Para los más jóvenes aclarar que no me refiero a Wall-e, el personaje de Pixar, sino a un personajillo que se inventaron hace ya mucho tiempo. Wally era un trotamundos con cantoso look de camisa blanca a rayas rojas, sombrero de montañero a juego y unas gafas más grandes que las de Mortadelo. Podíamos encontrarlo con tiempo y paciencia (y también dejándote parte de la vista) en unos libros donde nos mostraban un lugar del mundo atestado de gente en cada página, lleno de situaciones inverosímiles y descabelladas que entretenían y te hacían soltar una sonrisa. Cuanto más avanzabas en el libro más complicado se volvía, porque aunque Wally no fuera un ejemplo de lo que llamamos pasar desapercibido, se volvía muy puñetero de encontrar. Hacía muchísimo tiempo que no sabíamos de él, pero yo lo he vuelto a encontrar y podéis comprobarlo en la siguiente fotografía.

(PINCHAR EN LA IMAGEN PARA AGRANDAR)

Ahí lo tenéis, con unos kilillos de más haciéndose la compra en Alcampo. Ver para creer.

lunes, 20 de octubre de 2008

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 30

CAPÍTULO 30. ESPERANZA.

El convoy de tanques y camiones militares se dirigía en dirección contraria, hacia la ciudad. Los helicópteros y cazas los sobrevolaban con el mismo destino. Por delante, una hilera de coches abandonaba la ciudad, al igual que ellos. Llevaban horas en aquel atasco. Cientos de personas huían del caos en que se había convertido Las Vegas. Poco sospechaban que aquello era el principio de una guerra civil que hundiría para siempre a los Estados Unidos de América. Sara lo sacó de sus pensamientos:

- A estas alturas ya debe de haber ocurrido lo peor.

- Vamos, no debemos pensar así. Son listos, quizás se dieran cuenta de todo a tiempo. Estarán bien – afirmo Max sin demasiado convencimiento-

No volvieron a hablar. Se limitaron a observar la lenta caravana del ejército. La suya tampoco es que avanzara mucho más deprisa. En realidad no andaban tan lejos del primer vehículo que abandonaba la ciudad. Calcularon que tenían delante unos 6 o 7 más. Aún así eso no les levantaba la moral. Ambos se temían por lógica lo peor y nada los sacaba de ese pensamiento. Max se sorprendió a sí mismo volviendo a recordar los momentos en su hogar, aquel que hacía años incluso en su tiempo que no habitaba debido a todo aquel proyecto. Miró a Sara. A su mente vino una imagen más joven y menos estropeada de la chica. Una sonrisa y un optimismo que llenaba a los que la rodeaban. Aún recordaba la cara de idiota que se le quedó a Aarón al conocerla. Ella había mostrado interés en un principio por él mismo, pero a Max no le decía nada más allá de la mera atracción física que podía sentir igual que ante cualquier chica bonita, inteligente y atractiva. Podía haberla tenido, sí, pero estaba claro que su decisión fue acertada. Desde que Aarón y ella cruzaron las miradas saltaron las chispas. Los había llegado a querer a los dos. Eran su familia. Todo el grupo lo era. Y ahora aparentemente la única persona que le quedaba era ella. Volvió a salir de sus pensamientos, pero esta vez no fue Sara quien lo distrajo, sino las voces y bocinazos que llegaban de los demás conductores. La lenta marcha se había detenido. Algunos compañeros de viaje habían abandonado los vehículos.

- ¿Qué ocurre Sara?

- No lo sé. Bajemos a investigar.

Curiosos fueron remontando los coches a pie. Al fondo distinguieron un tanque cruzado en la carretera que les impedía pasar. Al llegar a su altura los que allí se encontraban discutían acaloradamente con los impasibles soldados:

- Oigan, ya le hemos dicho que no pueden pasar. No podemos darles detalles. De momento es peligroso seguir por la carretera y punto. Sean tan amables de volver a sus vehículos por favor. No lo volveremos a repetir.

- ¿Pero cómo pretende que nos quedemos aquí? Por si no se ha dado cuenta ahí detrás dejamos una guerra.

- Créame amigo – dijo el soldado- ahí delante ahora mismo ha comenzado otra.

Sara y Max se miraron perplejos. La gente siguió quejándose a los militares, pero no conseguían nada. Ellos se apartaron a un lado.

- ¿Qué querrá decir con eso de una guerra delante? ¿Podría tratarse de ellos?

- No lo sé Sara, pero tendremos que averiguarlo. No podemos quedarnos aquí.

- ¿Y qué propones que hagamos?

- Tenemos el equipo necesario para captar la frecuencia de los soldados. Volvamos al coche e indaguemos. Mejor eso que nada.

Mientras, más conductores se iban acercando a la cabeza de la caravana. Ellos retrocedieron y se internaron en su vehículo. Sara revolvió en las mochilas que llevaban en el todo terreno hasta encontrar lo que buscaba. El aparato parecía una pequeña antena acoplada a un monitor de plasma. Sin embargo la imagen del mismo era holográfica. Tecleó varios botones mientras diversos números cambiaban una y otra vez en la pantalla. Captaron todo tipo de conversaciones y llamamientos. En las emisoras de radio sólo se hablaba de la batalla campal en Las Vegas. Siguió buscando. Max la hizo parar y retroceder varios puntos. Ahí, justo ahí – dijo-

- … Roger. Tenemos visual Jefe Tango. Confirmo la no identificación del vehículo…ahora vira hacia el sur. Cambio. Es muy rápido, apenas nos mantenemos detrás. Cambio. Lo tenemos fijado, vamos a dispa… ¡joder!

- Aquí Jefe Tango. Repita última información. Confirme blanco fijado. Cambio.

- Negativo señor. Cambio. Repito, negativo. Ha hecho un picado hacia el suelo y continúa en el sentido de la carretera. Cambio. Se dirige directo a ustedes. Repito, vehículo no identificado en dirección a Jefe Tango. Cambio…

Los siguientes informes fueron muy confusos y cada vez más cortos hasta que la estática llenó la emisión. Se había cortado la comunicación. Sara miró a Max, el cual parecía concentrado en sus pensamientos. Por fin la miró:

- Está claro que tiene que ser el TET. Ahora la gran incógnita es quién tiene el control del mismo.

- Pues como no encontremos un…- Sara quedó en silencio-. Acto seguido volvió a coger la mochila de la que había sacado la emisora. Tanteó el fondo ante la interrogante mirada de su compañero. Al fin sacó la mano con algo pequeño y compacto en la mano. Se lo enseñó.

- ¿El móvil?

- ¡No recordaba que aún lo llevábamos! –dijo con sorpresa-. Sólo nos queda una posibilidad y es que Aarón lleve el suyo encima... y que esté vivo claro. Marcó el número con nerviosismo. Se puso el aparato en el oído. Comenzó a oírse los tonos característicos. Está encendido – pensó- y un pequeño conato de ilusión se hizo hueco en su corazón. Un chasquido.

- ¿Sí?

- ¿Aarón?

- ¿Sara?... Dios mío, ¡Sara!

- ¡Estáis bien!, pensábamos que os había pasado lo peor – dijo entre lágrimas-

- Yo también. Te daba por muerta. ¡Dios, cuánto me alegro de oír tu voz Sara! ¿Dónde estáis?

- En las afueras de la ciudad. Íbamos en vuestra búsqueda pero unos militares retienen el tráfico y no podemos pasar. ¿Y vosotros?

- Es largo de contar. Ahora debemos hallar la manera de encontrarnos. Tendremos que localizar un punto seguro. Tenemos el TET cariño, lo hemos logrado. ¡Volveremos a casa1

Entre lágrimas Sara miró a Max sin decir una palabra y éste supo al instante que la esperanza había vuelto a aparecer en sus vidas.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 29

CAPÍTULO 29. COMBATE AÉREO.

León había dejado atrás los helicópteros. Sin embargo el ordenador le mostraba en letras grandes la proximidad de cazas enemigos. Los tenía en cola a pesar de la maniobrabilidad del TET. Nuevamente las alarmas saltaron. Los habían fijado y estaban a punto de disparar. Con rapidez hizo que el avión descendiera a ras del suelo. Nuevamente el ordenador quedó en silencio. La carretera que se abría ante sí pasaba a velocidad vertiginosa. Las alarmas sonaron otra vez, pero esta vez el ordenador indicaba inminente colisión y aconsejaba acción evasiva. Por puro reflejo León tiró para sí de los mandos y el avión quedó en vertical con el morro hacia el cielo. El corazón le golpeaba el pecho con fuerza. Suavemente fue enderezando de nuevo el aparato. Las alarmas seguían activas. En la pantalla se leía aviso de fuego enemigo. Numerosos cañonazos que explosionaban cerca hacían temblar el aparato. Cambió de rumbo mientras su cerebro, que trabajaba a gran velocidad, pensó en baterías de tierra. ¿De dónde salía el ejército? ¿Cómo los habían avisado tan rápido? Una voz en su cabeza acalló las dudas. Tenía que concentrarse en sobrevivir. Otro aviso lo puso alerta. Objeto volador acercándose a gran velocidad justo delante. No lo dudó ni un segundo y oprimió el disparador de la ametralladora de a bordo. En segundos atravesaba una bola de fuego y hierro que hizo temblar el fuselaje. Lo había derribado. Cansado de estar a la defensiva y animado por el reciente blanco, se serenó lo suficiente para que su cerebro actuase por él. Dio media vuelta. En pantalla tres marcas indicaban nuevos cazas a tiro. El ordenador automáticamente fijó un misil para cada objetivo. León disparó. El trío salió disparado del TET impactando en sus destinos. No perdió ni un segundo. Descendió a nivel del suelo y sin piedad barrió los tanques y baterías que les disparaban desde allí de una pasada. Aquel vehículo era muy bueno – pensó mientras volvía a ascender-. Las alarmas habían cesado y la pantalla no mostraba más señales. Redujo la velocidad gradualmente. Conectó la frecuencia interna:

- Ya ha pasado el peligro. Voy a aterrizar para comprobar si hemos sufrido algún daño en el fuselaje antes de continuar.

El descenso final fue suave y sin contratiempos. El TET tocó tierra y León apagó el motor. Respiro unos segundos, haciendo que su corazón recuperase el ritmo normal. Se desabrochó el cinturón de seguridad y se levantó. Abrió la puerta de la cabina y se encaminó a la zona de pasaje.

- ¡Sorpresa capullo!

El piloto levantó las manos. Ante sí tenía a Aarón apuntándolo con un arma. Richard a su lado sonrió con el labio partido. Distinguió a López con una brecha en la cabeza, pero vivo y atado a uno de los asientos con el cinturón de seguridad. Unas esposas magnéticas le sujetaban las muñecas. La mordaza improvisada con un trozo de cinturón de seguridad le impedía hablar. Violeta lo observaba de lejos, sentada en su asiento. Los demás compañeros del piloto yacían por el lugar, muertos.

- ¿Pero cómo lo habéis hecho? – preguntó-

- Debisteis registrarnos. Os hubierais dado cuenta de que en mi reloj tenía incorporado un impulsor magnético. Al accionarlo cambié las polaridades de las esposas y se abrieron. Mientras pilotabas y aprovechando el factor sorpresa redujimos a tus compañeros. Bueno, alguno cayó gracia a tus acrobacias. Una de las chicas salió despedida por la inercia y se abrió la cabeza. En fin, mala suerte. Como decía aquí este cabrón – y Richard señaló a López- en la vida hay ganadores y perdedores.

- ¿Y ahora qué? ¿Me matáis?

- No – contestó Aarón- Te necesitamos. Pilotarás este trasto de vuelta a casa y acabaremos con Fleitas de una vez. Pero antes debemos comprobar que no haya daños en el fuselaje, así que andando.

Y mientras se encaminaban al exterior, Aarón sintió que algo le vibraba en el bolsillo. Metió la mano y sacó el móvil, del cual ya no se acordaba. Lo descolgó sin mirarlo siquiera y contestó.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 28

CAPÍTULO 28. CAPTURADOS.

- Señor, nos llega señal de los DAEV ubicados en el almacén.

López observó la imagen holográfica reflejada en el “parabrisas” del avión. Con gran definición, los dispositivos espía les mostraba a Ross, Sara, Parker y Max entrando en el recinto.

- Bien, tal como esperábamos, han ido a por el aparato espacio-temporal. Anulen la orden de mantenerse en vigilancia. Activen los parámetros bélicos de nuestros juguetitos -ordenó a los pilotos-. Veamos cómo acaban con esos cabrones.

- Está hecho señor – informó León tras teclear en el ordenador central-

López disfrutó del espectáculo con satisfacción. El primer ataque de los DAEV había acabado con Parker y la unidad espacio-temporal. Pronto vería caer a los demás – pensó-. Por desgracia no pudo llegar a verlo, las alarmas del TET comenzaron a sonar y las luces de aviso se encendieron. La holo-imagen fue sustituida por un aviso de proximidad:

ALERTA DE VIOLACIÓN DEL PERÍMETRO ESTABLECIDO.
DETECCIÓN DE 3 INTRUSOS ACERCÁNDOSE POR EL NORTE.
ESTADO DE EMERGENCIA ACTIVADO…

- León, Pablo, dadme imagen en pantalla – ordenó López-

Casi de inmediato la “pantalla” se dividió en 4 recuadros, en los que la imagen iba de izquierda a derecha y de arriba abajo en busca de los intrusos. Por fin, en uno de ellos apareció y la cámara fijó objetivo. 2 hombres y una mujer se acercaban efectivamente por la zona norte y se dirigían hacia los restos del TET 4, a escasos 8 metros de donde se encontraban ellos. En ese momento Ortiz, que había llegado a la cabina con las chicas, habló:

- Señor, ¿quiere que salgamos a apresarlos?

- Aún no. Veamos que han venido a hacer aquí antes de dar ningún paso.

Los presentes observaron, ya a pantalla completa, los movimientos de Aarón, Violeta y Richard. Éste último iba en cabeza, empuñando una de las armas. Violeta se encontraba en el centro y cerrando la formación, con otro arma, Aarón. Se dirigieron a los restos de su antiguo avión, mirando hacia todas direcciones con aire nervioso.

- Parece que busquen algo. ¿Se dejarían alguna cosa que pasásemos por alto? – preguntó Vanesa-

- No nos dejamos nada sin revisar. Aparentemente todo lo que servía para algo se lo llevaron ellos, no quedaba nada más intacto – añadió Ortiz-

- No parecen buscar nada entre los restos –acertó a decir Yurena- Más bien es como si quisieran esconderse ahí esperando que aparezca alguien. No tiene sentido.

- Ellos piensan que estamos detenidos. Puede que lo que busquen sea nuestro avión. Dedujeron que habríamos aterrizado cerca de los restos. En cualquier caso no saben que entre las nuevas incorporaciones hemos instalado un camuflaje de invisibilidad al espectro de la luz. Ninguno conocía el desarrollo de esta tecnología.

- Bueno señor, ¿qué hacemos entonces? – preguntó Yurena-

- Esperaremos a que se relajen y se distraigan. Tendrán que mirar también hacia el otro lado de los pedazos de su avión para cubrir cualquier zona. Cuando lo hagan yo, Ortiz y Vanesa saldremos a su encuentro. Nos esconderemos entre los restos justo donde están ellos ahora. Cuando vuelvan hacia este punto Pablo desactivará el camuflaje y, aprovechando la sorpresa, los atraparemos por detrás. ¿Entendido?

- Sí, señor – contestaron al unísono-

Durante más de media hora los intrusos anduvieron de aquí para allá del mismo lado que el TET 5. En ese instante, rodeando el fuselaje del destrozado TET 4 desaparecieron de la vista. Era el momento. León oprimió el botón de la compuerta de salida y López junto a los otros dos corrieron a tomar posiciones. La compuerta se cerró, desapareciendo gradualmente en la nada. La frecuencia de radio instalada en sus oídos crepitó. Pablo les avisaba del regreso de los intrusos por el lado contrario del que desaparecieron. Quedaron en silencio y muy quietos. Ya se oían los pasos en la tierra. Por fin aparecieron en la visual. Estaban de espaldas a ellos. Perfecto – pensó López-. La radio crepitó nuevamente:

- Señor, desactivando sistema de camuflaje en 3, 2, 1… ¡Ahora!

El TET 5 emergió de la nada como un fantasma de metal. Richard y Aarón se pusieron en guardia apuntando hacia el recién descubierto aparato. A sus espaldas, una voz muy familiar les puso los pelos de punta:

- ¡Bienvenidos estúpidos! Gracias por ponérnoslo tan fácil viniendo hasta nosotros. Por favor, os sugiero que tiréis las armas hacia delante y luego pongáis las manos a la espalda. ¡Ah, y no os giréis! – concluyó López-

- Maldito cabrón – soltó Aarón- ¿Cómo es posible que hayas escapado de la cárcel?

En respuesta, un golpe en la cabeza le hizo caer al suelo.

- No te hemos dicho que hables imbécil –le dijo Vanesa-

- Tumbaos en el suelo de espaldas y continuad con las manos detrás.

Obedecieron. Al momento Ortiz y Vanesa le pusieron las esposas magnéticas en las muñecas y los hicieron incorporarse. Apuntándoles con las armas, los obligaron a subir a bordo del vehículo. Una vez dentro los sentaron en la zona del pasaje. Los otros ya se encontraban allí.

- Bien, bien, mis queridos “amigos” – López recalcó la última palabra con ironía-, parece que por fin os tenemos donde queríamos. Esta vez no vendrá nadie a salvaros. Ni polis, ni amigos. Nadie.

- Espera y verás. Max y los demás sabrán que algo va mal. Vendrán a por ti y te aseguro que de un modo u otro morirás – expresó con rabia Aarón-

Los captores rieron. López volvió a tomar la palabra:

- Pobre infeliz. Tanto Max como tu putita Sara, así como Ross y Parker ya deben estar muertos. Les dejamos una sorpresita en la nave industrial. Ya no hay aparato espacio-temporal ni amigos que valgan.

- Mientes maldito cerdo. – dijo con desprecio Richard-

- No miento Richard. ¿Por qué habría de hacerlo? Pablo, ve a la cabina y trasmite la grabación de los DAEV a la holo-pantalla de esta sala por favor. Mientras tanto, seguiremos charlando con nuestros invitados de honor. ¿Sabéis? – continuó- en el fondo os admiro. En serio, no me miréis así. Habéis conseguido evitar que os matáramos en varias ocasiones. La mayoría por pura suerte claro está, pero no os quitaré vuestra parte del mérito. Al principio no era nada personal, al único que le tenía manía era a Max, nada más. Pero todos os habéis ganado a pulso que lo convirtiese en una venganza muy… ¿cómo expresarlo?... ¿íntima quizás? Sí – dijo respondiéndose solo- digámoslo así. En el fondo no tenéis idea de cómo Fleitas ha jugando con vosotros. No erais más que peones en un plan que abarca mucho más que cualquier sueño imaginable. Un sueño por el que vale la pena matar…

Pablo regresó de la cabina y encendió la holo-pantalla. Las imágenes de la muerte de Parker aparecieron nítidas y crueles.

- No puede ser, no puedes haberlos matado – dijo Aarón mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas- No es verdad, ella está viva, ¡tiene que estarlo!

- Oh, ¡qué enternecedor! –exclamó López con sorna- haciendo aparecer la sonrisa en sus compañeros. Mucho me temo que sí puede ser. En el juego de la vida hay ganadores y perdedores Aarón. Vosotros habéis perdido. Mala suerte. Quizás en la otra vida tengáis más suerte. Míralo por este lado chico, dentro de poco te reunirás con tu amor y tus amigos. No todo será tan malo después de todo.

Una sonrisa cruel iluminó su rostro mientras levantaba una pistola y apuntaba hacia Aarón y justo cuando el gatillo comenzaba a ceder a la presión de su dedo, las alarmas del avión estallaron.

- ¿Qué demonios ocurre ahora? – gritó-

- Señor, ¡nos han descubierto! – dijo León señalando la holo-pantalla-

- ¿¡Pero qué coño!?...

Las imágenes mostraban 3 vehículos que sobrevolaban el TET. Se mantenían en el aire mediante aspas.

- Helicópteros – dijo Ortiz- Dios mío, es el ejército de los EEUU. ¿Qué ha pasado con el camuflaje?

Todos miraron a Pablo. Mientras Richard le hacía señas con los ojos a Aarón.

- Y bien, ¿qué coño ha pasado con el camuflaje Pablo? –preguntó con ira López-

- Señor, yo… con el jaleo, yo….creo que no me di cuenta de volver a activarlo. No sé, como ya los habíamos atrapado supongo que…

- Bueno, bueno – lo interrumpió López tranquilizador- Podría pasarle a cualquiera. No te preocupes. Ah, por cierto – y levantando el arma le pegó un tiro en la cabeza- ¡estás despedido! León, pon este trasto en marcha. Si tenemos que derribar esos helicópteros lo haremos.

- Sí señor – contesto cabizbajo-. Acto seguido se dirigió a la cabina mirando el cuerpo de su compañero al pasar.

- Muy bien, sentémonos y abrochémonos los cinturones. Intuyo que el vuelo va a ser movidito. Por cierto – y se giró hacia Aarón- siento deciros que no podremos abrocharos a vosotros, así que si en alguna maniobra salís despedidos y morís, mejor que mejor.

El sistema de audio interno crepitó:

- Tenemos uno justo encima y dos aterrizando a los lados. No podremos despegar verticalmente, así que voy darle potencia en horizontal y me elevaré cuando haya cielo despejado. ¡Agarraos!

Los tres prisioneros se miraron. Richard les indicó algo con la mirada. Todos notaron como eran pegados al respaldo en cuanto el vehículo salió disparado hacia delante.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 28

CAPÍTULO 28. CAPTURADOS.

- Señor, nos llega señal de los DAEV ubicados en el almacén.

López observó la imagen holográfica reflejada en el “parabrisas” del avión. Con gran definición, los dispositivos espía les mostraba a Ross, Sara, Parker y Max entrando en el recinto.

- Bien, tal como esperábamos, han ido a por el aparato espacio-temporal. Anulen la orden de mantenerse en vigilancia. Activen los parámetros bélicos de nuestros juguetitos -ordenó a los pilotos-. Veamos cómo acaban con esos cabrones.

- Está hecho señor – informó León tras teclear en el ordenador central-

López disfrutó del espectáculo con satisfacción. El primer ataque de los DAEV había acabado con Parker y la unidad espacio-temporal. Pronto vería caer a los demás – pensó-. Por desgracia no pudo llegar a verlo, las alarmas del TET comenzaron a sonar y las luces de aviso se encendieron. La holo-imagen fue sustituida por un aviso de proximidad:

ALERTA DE VIOLACIÓN DEL PERÍMETRO ESTABLECIDO.
DETECCIÓN DE 3 INTRUSOS ACERCÁNDOSE POR EL NORTE.
ESTADO DE EMERGENCIA ACTIVADO…

- León, Pablo, dadme imagen en pantalla – ordenó López-

Casi de inmediato la “pantalla” se dividió en 4 recuadros, en los que la imagen iba de izquierda a derecha y de arriba abajo en busca de los intrusos. Por fin, en uno de ellos apareció y la cámara fijó objetivo. 2 hombres y una mujer se acercaban efectivamente por la zona norte y se dirigían hacia los restos del TET 4, a escasos 8 metros de donde se encontraban ellos. En ese momento Ortiz, que había llegado a la cabina con las chicas, habló:

- Señor, ¿quiere que salgamos a apresarlos?

- Aún no. Veamos que han venido a hacer aquí antes de dar ningún paso.

Los presentes observaron, ya a pantalla completa, los movimientos de Aarón, Violeta y Richard. Éste último iba en cabeza, empuñando una de las armas. Violeta se encontraba en el centro y cerrando la formación, con otro arma, Aarón. Se dirigieron a los restos de su antiguo avión, mirando hacia todas direcciones con aire nervioso.

- Parece que busquen algo. ¿Se dejarían alguna cosa que pasásemos por alto? – preguntó Vanesa-

- No nos dejamos nada sin revisar. Aparentemente todo lo que servía para algo se lo llevaron ellos, no quedaba nada más intacto – añadió Ortiz-

- No parecen buscar nada entre los restos –acertó a decir Yurena- Más bien es como si quisieran esconderse ahí esperando que aparezca alguien. No tiene sentido.

- Ellos piensan que estamos detenidos. Puede que lo que busquen sea nuestro avión. Dedujeron que habríamos aterrizado cerca de los restos. En cualquier caso no saben que entre las nuevas incorporaciones hemos instalado un camuflaje de invisibilidad al espectro de la luz. Ninguno conocía el desarrollo de esta tecnología.

- Bueno señor, ¿qué hacemos entonces? – preguntó Yurena-

- Esperaremos a que se relajen y se distraigan. Tendrán que mirar también hacia el otro lado de los pedazos de su avión para cubrir cualquier zona. Cuando lo hagan yo, Ortiz y Vanesa saldremos a su encuentro. Nos esconderemos entre los restos justo donde están ellos ahora. Cuando vuelvan hacia este punto Pablo desactivará el camuflaje y, aprovechando la sorpresa, los atraparemos por detrás. ¿Entendido?

- Sí, señor – contestaron al unísono-

Durante más de media hora los intrusos anduvieron de aquí para allá del mismo lado que el TET 5. En ese instante, rodeando el fuselaje del destrozado TET 4 desaparecieron de la vista. Era el momento. León oprimió el botón de la compuerta de salida y López junto a los otros dos corrieron a tomar posiciones. La compuerta se cerró, desapareciendo gradualmente en la nada. La frecuencia de radio instalada en sus oídos crepitó. Pablo les avisaba del regreso de los intrusos por el lado contrario del que desaparecieron. Quedaron en silencio y muy quietos. Ya se oían los pasos en la tierra. Por fin aparecieron en la visual. Estaban de espaldas a ellos. Perfecto – pensó López-. La radio crepitó nuevamente:

- Señor, desactivando sistema de camuflaje en 3, 2, 1… ¡Ahora!

El TET 5 emergió de la nada como un fantasma de metal. Richard y Aarón se pusieron en guardia apuntando hacia el recién descubierto aparato. A sus espaldas, una voz muy familiar les puso los pelos de punta:

- ¡Bienvenidos estúpidos! Gracias por ponérnoslo tan fácil viniendo hasta nosotros. Por favor, os sugiero que tiréis las armas hacia delante y luego pongáis las manos a la espalda. ¡Ah, y no os giréis! – concluyó López-

- Maldito cabrón – soltó Aarón- ¿Cómo es posible que hayas escapado de la cárcel?

En respuesta, un golpe en la cabeza le hizo caer al suelo.

- No te hemos dicho que hables imbécil –le dijo Vanesa-

- Tumbaos en el suelo de espaldas y continuad con las manos detrás.

Obedecieron. Al momento Ortiz y Vanesa le pusieron las esposas magnéticas en las muñecas y los hicieron incorporarse. Apuntándoles con las armas, los obligaron a subir a bordo del vehículo. Una vez dentro los sentaron en la zona del pasaje. Los otros ya se encontraban allí.

- Bien, bien, mis queridos “amigos” – López recalcó la última palabra con ironía-, parece que por fin os tenemos donde queríamos. Esta vez no vendrá nadie a salvaros. Ni polis, ni amigos. Nadie.

- Espera y verás. Max y los demás sabrán que algo va mal. Vendrán a por ti y te aseguro que de un modo u otro morirás – expresó con rabia Aarón-

Los captores rieron. López volvió a tomar la palabra:

- Pobre infeliz. Tanto Max como tu putita Sara, así como Ross y Parker ya deben estar muertos. Les dejamos una sorpresita en la nave industrial. Ya no hay aparato espacio-temporal ni amigos que valgan.

- Mientes maldito cerdo. – dijo con desprecio Richard-

- No miento Richard. ¿Por qué habría de hacerlo? Pablo, ve a la cabina y trasmite la grabación de los DAEV a la holo-pantalla de esta sala por favor. Mientras tanto, seguiremos charlando con nuestros invitados de honor. ¿Sabéis? – continuó- en el fondo os admiro. En serio, no me miréis así. Habéis conseguido evitar que os matáramos en varias ocasiones. La mayoría por pura suerte claro está, pero no os quitaré vuestra parte del mérito. Al principio no era nada personal, al único que le tenía manía era a Max, nada más. Pero todos os habéis ganado a pulso que lo convirtiese en una venganza muy… ¿cómo expresarlo?... ¿íntima quizás? Sí – dijo respondiéndose solo- digámoslo así. En el fondo no tenéis idea de cómo Fleitas ha jugando con vosotros. No erais más que peones en un plan que abarca mucho más que cualquier sueño imaginable. Un sueño por el que vale la pena matar…

Pablo regresó de la cabina y encendió la holo-pantalla. Las imágenes de la muerte de Parker aparecieron nítidas y crueles.

- No puede ser, no puedes haberlos matado – dijo Aarón mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas- No es verdad, ella está viva, ¡tiene que estarlo!

- Oh, ¡qué enternecedor! –exclamó López con sorna- haciendo aparecer la sonrisa en sus compañeros. Mucho me temo que sí puede ser. En el juego de la vida hay ganadores y perdedores Aarón. Vosotros habéis perdido. Mala suerte. Quizás en la otra vida tengáis más suerte. Míralo por este lado chico, dentro de poco te reunirás con tu amor y tus amigos. No todo será tan malo después de todo.

Una sonrisa cruel iluminó su rostro mientras levantaba una pistola y apuntaba hacia Aarón y justo cuando el gatillo comenzaba a ceder a la presión de su dedo, las alarmas del avión estallaron.

- ¿Qué demonios ocurre ahora? – gritó-

- Señor, ¡nos han descubierto! – dijo León señalando la holo-pantalla-

- ¿¡Pero qué coño!?...

Las imágenes mostraban 3 vehículos que sobrevolaban el TET. Se mantenían en el aire mediante aspas.

- Helicópteros – dijo Ortiz- Dios mío, es el ejército de los EEUU. ¿Qué ha pasado con el camuflaje?

Todos miraron a Pablo. Mientras Richard le hacía señas con los ojos a Aarón.

- Y bien, ¿qué coño ha pasado con el camuflaje Pablo? –preguntó con ira López-

- Señor, yo… con el jaleo, yo….creo que no me di cuenta de volver a activarlo. No sé, como ya los habíamos atrapado supongo que…

- Bueno, bueno – lo interrumpió López tranquilizador- Podría pasarle a cualquiera. No te preocupes. Ah, por cierto – y levantando el arma le pegó un tiro en la cabeza- ¡estás despedido! León, pon este trasto en marcha. Si tenemos que derribar esos helicópteros lo haremos.

- Sí señor – contesto cabizbajo-. Acto seguido se dirigió a la cabina mirando el cuerpo de su compañero al pasar.

- Muy bien, sentémonos y abrochémonos los cinturones. Intuyo que el vuelo va a ser movidito. Por cierto – y se giró hacia Aarón- siento deciros que no podremos abrocharos a vosotros, así que si en alguna maniobra salís despedidos y morís, mejor que mejor.

El sistema de audio interno crepitó:

- Tenemos uno justo encima y dos aterrizando a los lados. No podremos despegar verticalmente, así que voy darle potencia en horizontal y me elevaré cuando haya cielo despejado. ¡Agarraos!

Los tres prisioneros se miraron. Richard les indicó algo con la mirada. Todos notaron como eran pegados al respaldo en cuanto el vehículo salió disparado hacia delante.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 27

CAPÍTULO 27. DAEV.

El lugar estaba como lo habían dejado antes de marcharse forzosamente. Los numerosos y complejos aparatos que habían construido seguían en su lugar y el aparato espacio-temporal también. Una pregunta llegó a los oídos de Max, Sara y Parker:

- ¿Para qué necesitamos el aparato espacio temporal? No logramos hacerlo funcionar.

- Ross, ¿crees que sería buena idea dejarlo aquí y que alguien lo encontrase? – contestó Parker-

- Entiendo, podría cambiar la historia. Lo olvidaba.

- Bueno chicos, debemos irnos ya. – apremió Max- No ha sido fácil llegar hasta aquí y todavía debemos abandonar la ciudad. Una vez en las afueras esperaremos la señal de Richard para saber que ya tienen el TET 5 bajo control. Sara – dijo mirando por detrás de sus otros compañeros-, ¿qué ocurre?...

Ella no respondió. Se encontraba mirando una de las atestadas mesas, llenas de aparatos electrónicos, cables, tornillos, circuitos, chips y numerosas herramientas, entre otras cosas. Los tres hombres se acercaron a ella intrigados. Cuando estuvieron a su altura, la chica los miró preocupada.

- Eso no estaba ahí – señaló un aparato de entre todos los que había- No es nuestro.

- ¿Estás segura? – preguntó Parker-

- Vamos mujer – añadió Ross-, seguro que ya estaba ahí. Hemos trabajado con muchos aparatos, es normal no darse ni cuenta de cuál es cuál.

- Oye tío – contestó Sara disgustada- no soy imbécil. Te digo que eso no estaba ahí antes de marcharnos. No es nuestro.

Max observó mejor el aparato sujetándolo con las manos. Aquel extraño artilugio en forma de ojo y del tamaño de un balón de rugby le resultó familiar, como si hubiera visto algo similar en otro lugar. Unos planos y un prototipo – pensó- en su propio tiempo. Lo soltó de golpe sobre la mesa y para sorpresa de los demás cogió una llave inglesa y arremetió contra el aparato, el cual quedó destrozado y chispeando, emitiendo un sonido eléctrico. Claramente alterado se viró hacia los demás, que lo miraban entre asustados y confusos. Pero no los veía a ellos, su mirada iba de un lado a otro del recinto con patente inquietud mientras la llave inglesa seguía en su mano firmemente sujeta.

- ¡¿Qué pasa?! –exclamó Ross. ¿Qué era eso que has machacado? ¿Qué buscas ahora? ¡Joder, dinos algo! –exclamó-

Max centró la mirada en ellos por fin y susurrando los puso en antecedentes: Tenemos que irnos de aquí. Corremos peligro. Parker, coge la unidad espacio-temporal y vayamos hacia la puerta.

- ¿Quieres decirnos que ocurre de una vez? La impaciencia en la voz de Ross era patente y también el miedo.

- Corremos peligro. Están en todos lados.

Las miradas incrédulas de todos se posaron en él. Como una prueba de lo que decía, diversos ruidos procedentes de distintos puntos del lugar los pusieron alerta. Había más aparatos como el que Max destruyó, sólo que estos se movían entre las piezas y aparecían de donde se encontraban camuflados. Los cuatro compañeros fueron fijando la vista hacia donde los sonidos les indicaban.

- ¿Qué son? – preguntó la chica-

- DAEV. Al menos así lo llamaban en la empresa. Llegué a ver un prototipo en producción. Se supone que sirven para vigilar y matar. Son inteligencias artificiales de uso militar. Esos cabrones los habrán dejado aquí por si volvíamos.

- ¿Cuándo? Según Aarón ninguno llegó a entrar. Fueron detenidos antes.

La respuesta no llegó. Los DAEV flotaban en el aire ahora, rodeándolos. Contaron cinco. Instintivamente comenzaron a coger cualquier cosa que les sirviese para defenderse y se prepararon. Los dispositivos desplegaron entonces extraños zarcillos metálicos y en un instante salieron disparados hacia ellos. Sara se tiró al suelo antes de que le alcanzasen mientras que Max y Ross escaparon por los pelos, parapetándose bajo una mesa. Sin embargo, el desafortunado Parker fue alcanzado por dos de ellos. Los zarcillos de uno le cubrieron el brazo y los del otro hicieron lo propio en la espalda. Una vez sujeto, los aparatos comenzaron un acercamiento al cuerpo lenta y fríamente, como depredadores que ya tienen a su presa. Sus gritos pidiendo ayuda llenaron el lugar. Ross hizo ademán de levantarse y socorrerlo, pero Max se lo impidió y le señaló los otros DAEV, que se mantenían en el aire a la espera. Los “depredadores” habían ya alcanzado a Parker, clavándose mediante unos “dientes” de metal en su carne. Un alarido de dolor salió de su garganta hasta que una descarga eléctrica de grandes proporciones le hizo convulsionarse brutalmente mientras su piel se abrasaba y sus ropas quedaban reducidas a cenizas. El cuerpo sin vida y calcinado cayó al suelo y los DAEV que lo sujetaba no volvieron a moverse. Los otros comenzaron la búsqueda de las siguientes víctimas. De pronto y sin previo aviso, Sara salió de detrás de un archivador donde se había arrastrado durante el ataque. Con todas sus fuerzas lanzó una barra metálica hacia uno de los aparatos dándole de lleno, haciendo que perdiese el control y cayese al suelo rebotando varias veces. Los otros dos se dirigieron a ella mientras intentaba encontrar algo más con lo que defenderse, pero sin tiempo para hacerlo sintió que un frío metálico le cubría el rostro. Esta vez los otros dispositivos se quedaron al margen esperando, mientras el tercero se acercaba lentamente a su objetivo. Sara supo que iba a morir y notó el cálido llanto que emergía de sus ojos y descendía por las mejillas. Pero tal como llegó, la presión en su cara cesó. Desorientada observo que el aparato que la asía ardía y junto a él, Ross portaba un soplete en la mano. Unos pasos más atrás Max blandía la llave inglesa con la que destruyó la primera de aquellas cosas y le asestaba un severo golpe a otra de ellas, haciéndola caer entre chispas. El otro quedó suspendido frente a él, calculando quizás el riesgo de un ataque frontal y calibrando la situación. La llave inglesa se reflejaba en su ojo electrónico y éste, emitía un zumbido que indicaba el movimiento constante del zoom y los mecanismos internos. Preparado para todo, Max permaneció atento, notando como el sudor le empapaba la espalda y el rostro. El corazón bombeando con fuerza. Los músculos tensos esperando el inminente ataque. Pero en un instante comprobó que no le haría falta y bajó la herramienta. El DAEV no tuvo tiempo de reaccionar, pues una llama lo hizo arder y consumirse entre pequeñas explosiones.

- Gracias Ross – expresó Max aliviado-

- Un placer.

- ¿Y el aparato espacio-temporal? –se oyó preguntar a Sara-

- Lo tenía Parker cuando lo atacaron, ha quedado inservible por la descarga eléctrica –contestó Max mirando el destrozado dispositivo-

- ¿Cómo lo lograron? – preguntó Ross- Tú dijiste que no llegaron a estar aquí dentro. ¿Qué hacían entonces estos “monstruos” en este lugar?

- Vinieron volando evidentemente. Es probable que López y sus secuaces los enviaran antes de que los detuvieran.

- ¿Y si no fuera así? – dijo Sara con el rostro pensativo- ¿Y si los han enviado después?

- ¿Qué? ¡Es imposible, Aarón y Violeta vieron como los detenían! –exclamó Ross convencido-

- Sara tiene razón, podrían haber escapado – especuló Max- No sabemos qué pudo pasar después de que nuestros compañeros testificasen en la comisaría. Debemos ir allí y comprobarlo, porque si han huido, los demás estarán en peligro. Contamos con que no haya nadie en el TET 5 pero lo hacemos a ciegas. No podemos continuar así.

- Estoy de acuerdo. No debemos quedarnos con la duda. No arriesgaré la vida de los demás ni la de Aarón, ya han muerto demasiados. Pongámonos en marcha. Vamos Ross – dijo con firmeza Sara mirando a su compañero-. ¿Ross, qué ocurre?

Pero Ross no pudo contestar, su rostro estaba poniéndose violeta y los ojos inyectados en sangre suplicaban ayuda. Unos zarcillos le oprimían el cuello asfixiándolo. Con las manos intentaba quitárselos, pero no tenía manera de agarrarlos. Max y Sara acudieron en su ayuda en vano, pues unos dientes de metal asomaron a través de la garganta, salpicándolos de sangre y acto seguido su compañero se precipitó de rodillas mientras el aire se le escapaba por el orificio junto con el gorgoteo de la roja sangre. Luego la descarga acabó con su vida de la misma manera que lo hizo con Parker. El cuerpo se desplomó de frente. En la nuca, aquella aberración mecánica yacía clavada sin moverse. Era la que Sara había abatido hacía unos minutos. Esta se abrazó a Max llorando y él, sin poder evitarlo, también descargó la frustración, el miedo y el dolor de la perdida. Permanecieron así unos minutos, hasta que consiguieron serenarse. Acto seguido, echando una última mirada atrás se encaminaron fuera de aquel sitio. Al llegar al exterior, el todo terreno en el que habían llegado les aguardaba. Max se colocó al volante y puso rumbo a la ciudad. Ninguno dijo nada hasta llegar a la urbe, donde las calles ya aparecían atestadas de gente enloquecida, atascos masivos de coches, peleas, robos y carreras apresuradas.

- Tenemos que seguir a pie Sara.

- Lo sé – dijo asintiendo-

- Debemos ser fuertes. Aún hemos de llegar a la comisaría y comprobar que esos cabrones sigan allí, pero tras lo acontecido tengo un mal presentimiento.

- Yo también. Prefiero no pensarlo, pero algo me dice que lo de los DAEV ha sido posterior. ¿Cómo cruzaremos a través de esta locura? – señaló a la gente-

- ¿Con cuidado? – contestó Max con una tímida sonrisa-. Vamos, no nos demoremos más. La comisaría está tan solo a 5 manzanas. Iremos a paso ligero y sin pararnos en ningún caso.

Ambos abandonaron el vehículo y comenzaron a atravesar por aquel gentío descontrolado. Para su sorpresa cubrieron casi todo el trayecto sin ningún percance, exceptuando algún que otro tropiezo y descargas de improperios dirigidos hacia sus personas. Doblaron la última esquina entre jadeos y abundante sudor. Se quedaron sin respiración. El lugar donde supuestamente se hallaría la comisaría era un amasijo de escombros ahora. Cruzaron la calle hacia varias ambulancias que atendían numerosos heridos. También se hallaban allí los bomberos. Curiosamente no había tanta concentración de gente en los alrededores. Max se acercó a un hombre al que estaban vendando la cabeza y llevaba un brazo en cabestrillo.

- ¿Qué ha ocurrido aquí? ¿Quién ha hecho esto?

El herido lo miró con los ojos perdidos. Fue el miembro del servicio de urgencias quien contestó:

- Según numerosos testigos el edificio voló por los aires. Nadie sabe qué ha pasado con seguridad. Rumores de algún atentado, pero nada fiable. Los únicos testigos que podrían contar lo que pasó con seguridad murieron en el interior, obviamente.

Notando que la persona herida se había alterado por sus palabras, el paramédico procedió a inyectarle un calmante. Cuando fue a continuar la conversación se percató de que su interlocutor había desaparecido. Giró la cabeza de un lado a otro y lo vio correr calle abajo junto con una chica.

- Han huido Sara – dijo entre jadeos- Tenemos que llegar al lugar donde nos estrellamos antes de que ocurra lo peor. Los DAEV habrán enviado aviso de nuestro encuentro en cuanto nos detectaron. Debemos encontrar un vehículo y…

De pronto detuvieron su avance. Lo que acontecía en la calle a la que habían ido a parar les dejó boquiabiertos. Lo habían estudiado en el colegio, estaba en todos los libros de historia y en los diversos documentales holográficos. Pero no era lo mismo que estar allí. Cientos de policías y militares armados con porras, armas lanza pelotas de goma, escudos y cascos en un extremo. En el otro miles de ciudadanos provistos de todo tipo de objetos arrojadizos. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Numerosos gritos e insultos. La voz amplificada de algún agente de la ley ordenando la dispersión inmediata del tumulto. No hubo más tiempo para pensar. Agarrando a Sara de la mano, Max tiró de ella entre la policía y los ciudadanos, atravesando la calle totalmente justo cuando comenzaron a llover las piedras, palos y demás armas arrojadizas a la vez que las fuerzas del orden arremetían contra la multitud. De frente, numerosos fotógrafos llenaban el aire con la luz de los flashes y otros tantos periodistas grababan con sus móviles o grabadoras la crónica de lo que estaban presenciando. Max y Sara siguieron corriendo. En sus mentes sólo había un pensamiento ahora: salvar a sus compañeros.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez

viernes, 17 de octubre de 2008

De Nuevo Al Tajo.

No hace mucho se hablaba en toda España de la vuelta de las vacaciones, la vuelta al cole, depresiones post-vacacionales... pero todo eso para mí y durante un año no ha significado nada, por la sencilla razón de que no tenía trabajo y por tanto estaba de mis "vacaciones" hasta los mismísimos. Creo sinceramente que estar tanto tiempo sin saber cuándo volverás a currar, cómo va tu pareja a seguir manteniendo con su nada generoso sueldo el pago del alquiler, la luz, el agua y la comida como mínimo, así como las deudas y otros gastos, etc. es algo peor que todas las vueltas de vacaciones juntas.

Llevaba ya 2 o 3 meses a la espera de un supuesto trabajo que un amigo de mi suegro iba a conseguirme "seguro", ya que trabaja para el ayuntamiento de mi localidad y por lo visto iban a contratar gente, algo que a mí me extrañó bastante teniendo en cuenta como cada mes que pasa la crisis se incrementa y más gente es despedida. Finalmente hace una semana y tras haberse apostado con mi suegro 1000 euros a que yo antes del 15 de éste mes estaría trabajando (apuesta que si mi suegro hubiera aceptado habría ganado, por cierto), el subsodicho amigo le comunicó que el gobierno había suspendido la subvención y no se contrataba a nadie. NORMAL, pensé yo. Sé que no es culpa del hombre lo del trabajo, pero sí lo fue asegurar algo que no estaba en sus manos realmente, puesto que como es lógico en la situación actual del país no se puede dar fe de nada a nadie. Es algo insensato. La gracia es que (y queda demostrado que a veces la vida te ofrece un respiro) mi madre ese mismo día me llamó porque en su empresa necesitaban a alguien ya que una chica les había fallado a última hora. Así, hace dos días comencé a currar tras justo un año de incertidumbres, ataques de ansiedad, ligeras depresiones y subida de peso por la inactividad.
El trabajo la verdad es que es una tonería si lo miras bien. Estoy de emisorista y también de telefonista, pero esto último más bien es de mañana que es cuando hay ajetreo en la oficina. En cambio de tarde y de noche, está uno solo pidiendo partes de novedades cada dos horas o cada hora por radio y apuntando las incidencias o la carencia de ellas. El resto, como hoy mismo, te lo puedes pegar leyendo un libro tranquilamente, lo cual ayuda a pasar esas 8 horas que de otro modo sería un muermo (como ya pude comprobar el primer día). Evidentemente todo trabajo considerado chollo tiene sus inconvenientes, puesto que trabajas seis días seguidos repartidos entre mañanas, tardes y noches incluído festivos (no se salva ni Navidad, ni Fin de Año ni Reyes)y libras 4 días tras esos 6. Vale, no es algo malo mirado por encima, pero lo cierto es que librar esos días entre semana no me valen para mucho más que para descansar, ya que cuando realmente mi pareja tiene libre es sábados por la tarde y domingos, con lo cual el único rato que ella tiene yo no lo puedo tener siempre, reduciéndo considerablemente los momentos de estar juntos (cosa que ya pasa, puesto que por el trabajo de ella ya sólo nos veíamos por la mañana y por la noche). Pero partes negativas aparte estoy contento, al menos hasta Enero, que es cuando finalizará el contrato y ahí ya se verá si renuevan o no. Después de trabajar como reponedor en diversos lugares, mozo de almacén e incluso carretillero y sufrir decepción tras decepción ya me iba tocando currar en un lugar tranquilo, que digo yo que también me lo merezco. Al menos durante unos meses no tendré que preocuparme del alquiler, la luz, el agua y la comida e incluso sobrará algo para hacer cosas tan sencillas como por ejemplo ir al cine o salir a tomar algo con mi pareja, los amigos e incluso darme algún capricho tonto, como pillarme alguna peli en dvd. Ah, y este año no tendré que coger el dinero que me regalen en Navidad para poder comprar algo a las personas que quiero a última hora. Evidentemente no me voy a volver loco, pero darme el gustazo de regalar un detalle o dos no me lo quita nadie. Mi pareja por lo menos se lo merece, tras todo un año de llevar todo el peso monetario de nuestra vida en común. Además le encantan las Navidades, así que no le vamos a quitar la ilusión a esa niña chica que lleva dentro y despierta toda su ilusión por esas fechas.

Así pues, ahora no postearé con la misma frequencia que antes, pero de vez en cuando caerá algo. Las buenas costumbres no hay que perderlas. Un saludo a todos y hasta la próxima.

miércoles, 15 de octubre de 2008

En Busca De La Educación Perdida.

Aunque lo parezca, no hablo del título de una nueva entrega de Indiana Jones. Me explico. Hoy en la guagua (que para aquel que no lo sepa es como llamamos en Canarias a los autobuses) iba yo tan tranquilo durante todo el viaje hasta que, a dos paradas de donde yo me bajo para llegar a mi casa, comienzo a oír a una chiquilla (y por tal término entiéndase 15,16 o 17 años, no lo sé bien) hablar cada vez en tono más alto. El tema es que parecía discutir con el acompañante, que deduzco sería el novio o vete a saber quien, pues no lo ví debido al abarrotamiento del vehículo público. De no entendérsele lo que hablaba pasó a decir a grito pelado y cito textualmente: ¡YO NO FOLLO, HAGO EL AMOR. NO ME TOQUES! reiteradas veces. Ante semejante espectáculo una madre indignada le dijo que respetase a los que iban en la guagua. La niñata, ni corta ni perezosa, le contestó gritando que no le daba la gana. Lo cual no hizo que sólo la mencionada madre se mosqueara, sino que medio pasaje le armara una bronca a la malhablada, inquiriéndole que había niños delante y que al menos respetase eso. Pero ella, viéndose acorralada cual animal herido y lejos de achantarse, les gritó que estaba hablando con él (refiriéndose al acompañante y que no le daba la gana callarse). Sinvergüenza, desvergonzada, maleducada, basura... fueron los apelitavos más sonados hasta alcanzar la parada donde yo me bajaba y ahí acabó todo para mí, pues no sé si hubo más incidencias al respecto el resto del trayecto.

Como podréis observar creo que la chica tuvo su merecido y poco fue. Habrá quien esté en desacuerdo porque al final los adultos acabaron "insultando" (y lo entrecomillo porque ningún apelativo de los dichos es un insulto, a excepción de basura, y no es que sea demasiado fuerte). Pero para mí eso no es más que el extremo al que se llega cuando las nuevas generaciones hacen gala de su mala educación y no sólo contestan a sus mayores, sino que se envalentonan porque saben que nadie (ni sus padres) va a tomar medidas más severas. Yo no estoy en contra de la ley del menor, pero está claro que en algún punto de la instauración de ésta se perdió la diferencia entre una nalgada o una torta disciplinaria y la agresión a un menor. Más de uno de estos elementos necesitarían una buena dosis de los primeros. Ahora ellos son intocables y lo saben. Hacen lo que quieren, dicen lo que quieren y quedan impunes. Conozco un caso concreto en que una hija adolescente denunció a sus padres por agresión sólo porque no la dejaban hacer lo que le daba la real gana. Vale, se tendría que demostrar que hubo tal agresiones y todo lo demás, pero desde que esa niña abrió la boca destrozó la reputación de sus padres, su confianza y puede que hasta sus vidas si ella fuese capaz de herirse a sí misma para ser creíble. Los padres ya no tienen derechos y los hijos tienen demasiados. En vez de un equilibrio hemos conseguido un desequilibrio aún mayor.

Yo tengo 31 años y aunque aún me parezca que fue ayer cuando estaba en el instituto mucho ha llovido desde entonces. Sin embargo, yo y los de mi generación conocíamos el respeto a los mayores. Sí, cuando eres un adolescente las hormonas están disparatadas y te pones gallito, contestón y burlón. Pero cuando te echaban la bronca agachabas la cabeza porque sabías que hacías mal. No era miedo a que te pegasen, era respeto. Algo inculcado por nuestros padres desde pequeños. Con ello llegamos al segundo problema de la ecuación: los padres. Los de hoy día tampoco se hacen valer ni educan como es debido. Por poner un ejemplo: mi novia trabaja en una tienda y más de una vez a entrado la madre con chiquillo, al que suelta para poder inspeccionar lo que le interese de la tienda. El crío, como todos, es curioso e inquieto y lo va tocando y tirando todo. La madre levanta la vista y dice: fulanito, deja eso (en un tono nada firme y desinteresado). Ella vuelve a lo suyo y el niño, sigue con lo de él. Eso se ve en todos lados y a todas horas. Si hacen eso cuando son pequeños, está claro que cuando sean adolescentes ya no los controla ni Dios. No puedes decirle pórtate bien porque estará acostumbrado desde pequeño a hacer lo que quiere sin consecuencias.

Mi reflexión es que vamos de culo y sin frenos, hablando claro. Los adolescentes y no tan adolescentes de hoy día hacen cosas que cuando uno tenía su edad ni se le pasaba por la cabeza. Insultan a profesores y mayores, les pegan a ellos y a sus compañeros. También lo graban con sus móviles y lo cuelgan de internet, enorgulleciéndose de ello como si fuera un logro. Algunos hasta han llegado a violar y matar. En otros tiempos estas cosas eran casos aislados, sobretodo en familias desestructuradas o de posición social precaria. Hoy es el pan nuestro de cada día y se da en cualquier clase de familia. Estamos en un punto precario, en el cual reina la anarquía entre las nuevas generaciones. Antes pasábamos la edad del pavo y como mucho hacíamos trastadas inocentes. Luego crecimos y fuimos madurando. ¿Podrán ellos hacerlo con semejante historial? ¿Serán capaces de mirar atrás y ser conscientes de las burradas que han hecho? ¿Llegarán a convertirse no ya en adultos sino en personas? Quién sabe. Aún no está todo perdido porque sí hay chicos/as bien educados, conozco adolescentes que demuestran no sólo eso sino también mucha madurez para sus edades. Pero el problema está creciendo y ya está dando muestras de ser insostenible. Necesitamos que tanto la ley como los padres se consciencien y hagan las cosas como es debido ahora, no cuando sea tan tarde que no haya solución.

lunes, 13 de octubre de 2008

Futuro Estreno: Outlander.

Hace ya unos meses me topé con el curioso trailer de ésta película de Vincent Cassel y llamó mi atención como en su momento lo hizo, por ejemplo, Pith Black.
Estamos en la era vikinga y del cielo cae una nave espacial con un tripulante humanoide a bordo. Pero dicho visitante no está solo, pues transporta una bestia alienígena inteligente y mortal que bien se podría aplicar a la leyenda de los dragones. Con esta premisa no es extraño que haya despertado mi interés y el de muchos otros. Este tipo de pelis siempre llaman la atención por su argumento y por su trailer, lo cual no es garantía de ser un buen producto, ya que hoy día una buena historia puede ser mal llevada y un buen trailer puede ser un trampa montada de tal modo que quedes engatusado a ver algo distinto a lo esperado. Otro engaña bobos típico es avalar el film con la frase hecha "del productor de..." (en este caso, de El Señor De Los Anillos). Eso tampoco es garantía de nada. Pero hay que ser positivo y puede que esta película sea todo lo que parece ofrecer e incluso más, destacando con luz propia por su originalidad y buen hacer, algo que escasea (y mucho) en el cine de hoy. Habrá que esperar para comprobarlo.

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La Conspiración Del Pánico.

O mejor dicho Eagle Eye (Ojo de Águila), que como siempre el doblaje de títulos español se luce a más no poder. Vale, la peli tiene conspiración y también pánico, pero lo de Eagle Eye tiene un sentido dentro del film. En fin. La película no es un derroche de sorpresas ni originalidad, pero entretiene. Posee bastantes puntos en común con películas como Enemigo Público de Will Smith o La Red de Sandra Bullock y con otros film que no mencionaré por no desvelar la sorpresa.

Varias personas serán llamadas por teléfono y coaccionadas de distintas formas para realizar una serie de cometidos que una misteriosa mujer les va indicando a través de letreros digitales, pantallas de televisión y cualquier otro medio electrónico que haya por la calle o locales. De todos ellos se centrarán en 2 de ellas que serán puntos clave para los planes de la interlocutora. Sin saber por qué ni para qué se verán empujados a huir de policías, F.B.I. y cualquiera que intente detenerlos en una loca carrera hacia lo desconocido hasta desvelar "la conspiración del pánico".

Una peli para ver en el sofá de casa, aunque si te sobra el dinero en la cada vez más incrementada crisis, también los habrá que quieran verla en el cine.

Libro: PROYECTO A.E. CAPÍTULO 26

CAPÍTULO 26. RECUERDOS.

Fleitas sentía un cosquilleo en la boca del estómago considerable. En su interior la sensación de que algo no iba bien creció por momentos. El no saber con certeza si Max había regresado con los demás le suponía un quebradero de cabeza adicional. No puede fallar nada – se decía a sí mismo- no después de tantos años y esfuerzos. Y con ese pensamiento se relajó un poco y procedió a seguir con sus asuntos. Antes de entrar fijó su mirada en el vehículo. No dejaba de asombrarle su tamaño. No es que fuese demasiado grande, tan sólo tenía 3 o 4 veces el tamaño del TET 5. Sin embargo no se parecía a ningún tipo de avión. Su estructura era asombrosa. Le había llevado 2 décadas a sus científicos desentrañar el funcionamiento de aquella avanzada tecnología. En estado reposado, como se encontraba antes de activarlo no tenía una forma definida. Era como un huevo gigante de metal flotando en el aire. Pero en su interior era como un barco, con varias plantas, puesto de mando, habitaciones, salas de distintas funciones… y lo que era aún mejor, podían darle la forma que quisieran. Era increíble. Aquel metal desconocido se moldeaba a voluntad. Y esa era tan sólo una de sus muchas maravillas. Con enorme satisfacción Fleitas procedió a subir por las largas escaleras automáticas que le conducirían al interior. Mientras lo hacía, recordó otro momento y otro lugar. La misma sensación de entonces le embargó. Lo recordaba como si fuera ayer y sin embargo habían pasado muchos años. Rememoró aquel proyecto secreto donde su sueño de la infancia se vio truncado al mantenerse en secreto después de realizado, negándole la gloria que merecía. Formaba parte de un grupo que haría historia, sería de los primeros en pisar el planeta Marte. Con nitidez los recuerdos inundaron su cabeza. El momento del despegue, el viaje de tan sólo 3 meses, el avistamiento del planeta, el suave aterrizaje sobre la rojiza tierra… Aquel planeta tan parecido a La Tierra y a la vez tan diferente donde el hombre sospechaba que pudo haber vida en el pasado. Durante dos días se dedicó a recoger muestras y analizar el terreno hasta que por fin le encomendaron la exploración en el Marte 1. El vehículo eléctrico todo terreno iba como la seda. 3 horas de trayecto y la decisión de explorar un cráter de 100 Km. de diámetro le llevaron a encontrarse con su destino. Allí la contempló por primera vez, la nave que pronto le llevaría a culminar sus planes. Justo delante de ella, un enorme “túnel” emergía de la tierra y aquel vehículo comenzó a avanzar internándose en el. El conducto descendía a las entrañas del planeta y la entrada, comenzó a cerrarse poco después de haberla atravesado. Sintió miedo, sí, pero pronto su curiosidad lo llevó a ignorar ese sentimiento. Fue esa curiosidad lo que le llevó a descubrir secretos inimaginables. Cuál fue su sorpresa al averiguar que aquellos 2 hombres que descendieron del enorme aparato eran humanos y que procedían de un lejano futuro en el que el viaje en el tiempo era habitual. Aquel extraño ordenador que halló le mostraba en imágenes los datos que albergaba y respondía cada pregunta que le hacía. Estaba más allá de cualquier tecnología holográfica que el conociera. Aquel aparato le mostraba las información a través de su propia mente, como si de una copia de datos se tratase, pero de un ordenador artificial a uno orgánico, el cerebro. No pudiendo apagar la sed de conocimiento y con una orden de su pensamiento, apareció ante sí el inicio de aquella tecnología que permitía atravesar las barreras temporales. No pudo creerlo cuando apareció su propio nombre como dueño del proyecto inicial. Comprobó aún más estupefacto que aquel secreto viaje al planeta rojo aparecía entre su historial y con cierta inquietud se dio cuenta de que lo que no mencionaban era su hallazgo de aquel lugar. Nadie lo descubriría pues – pensó-. Ya había averiguado suficiente por el momento y decidió desconectarse, pero cuando estaba a punto de hacerlo le llamó la atención un archivo dentro de los viajes de aquellos humanos del futuro. Abrió el archivo que constaba como Proyecto A.E. y su vida ya no volvería a ser la misma. De pronto una voz que no pertenecía a sus recuerdos lo devolvió al presente. Se percató de que ya había subido la escalerilla y ante sí tenía a Paula.

- Siento comunicarte que el ascensor para internarse en la nave ya había sido arreglado. Has subido las escaleras por gusto.

- Bueno, no ha sido una pérdida de tiempo. Me ha dado tiempo de recordar viejas hazañas.

- ¿Relacionadas con esta bestia de metal? – preguntó abriendo los brazos-

- Sí, sí. Sin duda fue emocionante encontrarla. Aunque tuve que matar para conseguirla. Aún recuerdo las caras de aquellos dos idiotas del futuro. No reaccionaron hasta que fue demasiado tarde. En fin, ¿qué tenemos?

- Todos los sistemas están listos. Las coordenadas del planeta Bezhal han sido insertadas, los recipientes de A.E. cargados a bordo y el grupo pronto estará a punto.

- Excelente Paula. En breve formaremos parte de nuestra propia historia. Sólo espero que Gwen tenga todo controlado. No deseo más sorpresas de esos malditos entrometidos. Si aparecen tiene orden de matarlos sin contemplaciones –hizo una pausa y quedó pensativo. Luego reanudó el habla- Me pregunto si Max habrá hablado. Tengo entendido que mis cirujanos iban a sonsacarle la información que quiero de un modo muy…persuasivo.

- Si no canta, sin duda es que estará loco. No creo que resista tanto dolor –dijo ella convencida-

- Mi querida Paula, no subestimes a ese hombre. Yo lo hice una vez y terminó apareciendo en mi propio despacho y contra todo pronóstico. Por ello es que necesito saber que suerte corrieron los demás. Si él llegó a regresar, puede que el resto también. Está claro que López no cumplió la misión y eso me irrita.

- Ese capullo era muy listo para unas cosas, pero para otras su prepotencia lo cegaba. Seguramente metió la pata. Si me hubieses enviado a mí te aseguro que no habría fallado.

- Es muy fácil decir eso cuando estás aquí y a salvo. No me gusta la gente que alardea de algo que no puede demostrar. Muchos otros me han hecho semejantes afirmaciones en situaciones muy cómodas – soltó con aire crispado-

- Por tu reacción diría que defiendes a López. ¿Qué pasa, ahora sois muy amigos? Creía que era tan solo otro mero instrumento en tus incesantes maquinaciones - expresó Paula con sarcasmo-

- No todos los que tengo a mi lado son tan prescindibles querida. ¿Acaso crees que porque te acuestes conmigo te tendré más en cuenta? Sólo eres otro chochito con aspiraciones en mi lista. Simplemente te mantengo a mi vera porque has demostrado ciertas aptitudes que me sirven para mis planes. Si no fuera así, ya te habría hecho matar. Sabes demasiado.

Con satisfacción Fleitas vio como sus palabras hacían palidecer a la mujer. Sí, solía tener ese efecto en la gente – pensó-. Era importante mantener el respeto mediante el miedo. Sabía que no se debía abusar de él, pues podría volverse en su contra, pero disfrutaba utilizándolo.

- Bien querida – dijo con tono condescendiente- ¿Falta algún detalle más que no me hayas comentado?

- No – contesto ella con sequedad-

- Pues entonces, sigue trabajando. Yo voy a comprobar cómo se encuentra nuestro “invitado”. Quiero saber si por fin ha dicho algo que valga la pena.

Y sin despedirse, se giró sobre sus talones y avanzó por un pasillo bien iluminado, torció hacia la derecha y penetró en un amplio ascensor. Las puertas se cerraron solas y comenzó a descender. Mientras lo hacía se miró a un extraño espejo. Éste le devolvió una mirada cansada y un rostro de incertidumbre y los datos que aparecían junto a su reflejo así lo confirmaban, puesto que un complicado sistema analizaba el estado físico y de salud del que se mirara en él. Se preguntaba si López habría muerto. Sin ningún ruido el ascensor sin cables ni aparentes medios de propulsión había descendido al suelo y sus puertas se abrieron. Fleitas lo abandonó y éste comenzó su retorno a la nave. De camino a la salida del hangar varios operarios lo saludaron. No hizo caso, pues ya tenía el pensamiento fijo en Max. Estaba harto de esperar una respuesta sobre sus compañeros y había decidido mandarlo ejecutar si tras el último interrogatorio no confesaba lo que había sido de sus camaradas. Para su sorpresa, cuando distaba escasos 2 metros para llegar a las puertas que daban acceso al hangar, éstas se abrieron. Ante sí tenía a Gwen y sus hombres. Por su cara supo que algo andaba mal. La interrogó con la mirada pero la respuesta se hizo esperar.

- ¿Vas a contarme qué ocurre? – preguntó impaciente-

- Tenemos un problema – dijo vacilante- Max ha conseguido escapar.

- Más vale que sea una broma Gwen – expresó con tono grave- Por tu bien así lo espero.

- Señor –comenzó Gwen- No sé cómo lo ha logrado, pero cuando llegamos a la sala de los médicos encontramos a uno con una sierra clavada en la cabeza y al otro esposado a la silla. Nos ha contado que tenían a Max en la misma bien sujeto, pero hubo un corte momentáneo de energía y se soltó. Ese cacharro tumbó la energía al encenderlo –dijo señalando la nave- No es culpa mía.

Fleitas la miró unos segundos. Luego, con un tono menos inquisitivo pero firme volvió a hablar.

- Está bien. Da la alarma. Que cada ser vivo de este recinto comience a buscarme a ese hijo de puta. Que lo maten nada más verlo. Debí hacerlo yo mismo cuando tuve ocasión. Está claro que nos será más útil muerto. No puedo seguir arriesgándome a que mis planes se vayan al cuerno. Encuéntrale Gwen o juro que tú y tu escuadrón no volveréis a ver un nuevo día.

Sin decir nada, hizo señas a sus hombres para que la siguieran, desapareciendo por la puerta. Mientras, Fleitas volvió a notar el cosquilleo en el estómago, sólo que esta vez, fue más un malestar nítido en respuesta a la abrumadora certeza de que, efectivamente, algo no iba bien.

Proyecto A.E. copyright © Airam Noda Gómez